A lo largo del Río Bravo entre el Marcador de Iniciativa de Seguridad Fronteriza (BSI) 28 al 42, existe un flujo de migrantes de aproximadamente 500 personas que han quedado entre la espada y la pared, no pueden salir de la orilla del Río Bravo porque los detienen agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y tampoco pueden llegar a su destino por la operación LoneStar de la Guardia Nacional de Texas.
Enrique de Honduras, señaló que tienen miedo de salir del Río Bravo, porque la migración de México lo único que hace es quitarles dinero.
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“A veces venimos por agua y si nos agarran en el bordo y si traemos 100 pesos, eso nos quitan para dejarnos pasar, ellos son los que roban y si traemos más, más nos quitan”, dijo el Hondureño.
Comentó que él viaja con su esposa e hija, quién ya tiene la cara descarapelada por el sol, pero aun con miedo de que INM lo separen de su familia, tiene que cruzar corriendo la avenida Cuatro Siglos.
“Cuando hacen sus operativos y vienen solos nos ofenden con groserías, si viene la Guardia Nacional o los Policías entonces sí son muy amables, y para que no nos agarren bajamos al río y los de Estados Unidos nos disparan, nos tienen jodidos”, dijo Enrique.
El hondureño contó que lleva cuatro días en el bordo fronterizo y una travesía de tres meses.
“Aquí en México la gente es muy amable, el gobierno dice que tenemos Estado de derecho y libre tránsito, pero los agentes de migración no lo acatan, ellos son los que más nos ‘chingan’, como dicen ustedes los mexicanos”, puntualizó el migrante.
Señaló que por la manera en que está la frontera, entre carretera, el bordo alto y caminar hasta el río, es una condición por la que nadie se ha acercado a ayudarles aunque sea con agua y tampoco permite que se vea las extorsiones de agentes del INM y abusos de los militares de la Guardia Nacional de Texas, que están lanzando perdigones de gas pimienta hasta lado mexicano.
“Somos migrantes, lo que nosotros decimos no vale, no cuenta, no nos creen, no tenemos derechos, estamos en un maltrato de ambas fronteras, varados en el sol y horribles tolvaneras de tierra en la noche, despertamos llenos de arena eso sí logramos dormir”, platicó Enrique sobre la situación que están viviendo en la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso, Texas.