Al ver que no hay mucha posibilidad de entrar al área Border Safety Initiative Marker (Marcador de Iniciativa de Seguridad Fronteriza/ BSI 36), los migrantes decidieron hacer un mini campamento.
En cuanto se empezó a sentir el sol, con los palos que quedaron de la maleza que sobresalen del caudal que ya bajo del río Bravo y con cobijas, es con lo que se hicieron pequeñas casitas para protegerse de los rayos y de la tierra que emite el aire.
Con la reja de tres metros de altura, la cual está alambrada con púas y la custodia de la Guardia Nacional de Texas, a los migrantes se les ha dificultado el cruce para llegar al BSI 36.
Hasta este martes hay casi 300 migrantes regados por la orilla del río Bravo, esperando una oportunidad para entrar al encuentro con la Patrulla Fronteriza.
Algunos no desaprovechan la oportunidad de utilizar cartones y ropa, para hacer huecos por debajo de la reja y entrar corriendo.
Otros se alejan del BSI 36, para encontrar un lugar donde no haya tanta vigilancia y a empujones tirar la reja y poder llegar hasta el muro fronterizo donde está la Patrulla Fronteriza.
Durante la mañana, se apreció que las autoridades norteamericanas dieron entrada a un grupo de aproximadamente 40 a 50 personas entre hombres, mujeres y niños a quienes subieron en un autobús.
Con la llegada de varias personas, en par o grupos que llegaban corriendo al BSI 36 ya cruzada la reja alambrada, los agentes de la Patrulla Fronteriza, acomodaba a los migrantes sentados de frente a la entrada esperando a que regresara el camión para llevarlos a procesar.
Luego de que este lunes lograron cruzar más de 100 migrantes empujando la reja, la Guardia Nacional está más atenta y a penas ve que se junta un grupo, inmediatamente lo dispersan o colocan más alambre de púas.