La dinámica de caminata de migrantes a través del límite entre México y Estados Unidos ha cambiado, ahora la esperanza de alcanzar el sueño americano se encuentra pegado en el muro fronterizo a la altura del número 36.
Durante un recorrido que realizó periódico El Heraldo de Juárez, por orillas del río Bravo, de Riveras del Bravo hacia el puente Internacional Paso del Norte, se detectó que varios grupos de migrantes caminan rumbo al lado contrario donde miles de migrantes tienen su encuentro con la Patrulla Fronteriza.
De acuerdo con la versión de un migrante de Honduras que caminaba con un grupo de 20 personas, en el muro de Trump, existe un hueco por donde venezolanos, hondureños y demás nacionalidades que han sido retornadas o que han llegado hasta Ciudad Juárez y saben que no califican para quedarse en Estados Unidos buscan ingresar de manera ilegal, es decir, evitando el encuentro con la Patrulla Fronteriza, quien se encarga de llevarlos al centro de procesamiento.
“Muchos no calificamos para quedarnos en el otro lado, no tenemos quien nos reciba allá, además también están regresando personas de Honduras igual que a los venezolanos, por eso hay que buscar otra manera de entrar”, dijo el originario de Honduras.
También, se observó otro grupo de personas en situación de movilidad que estaban, de lado americano, quitándose la ropa, luego que atravesaron el río y comenzarían a buscar el número 36 por donde ingresarían a El Paso, Texas.
Aproximadamente entre la calle Arizona y avenida Cuatro Siglos, es por donde se busca la esperanza de alcanzar a toda costa el destino que trazaron al salir de Centroamérica.
Mientras unos van, otros caminan en busca del puerto de entrada donde la Patrulla Fronteriza, siguen encontrándose con migrantes, que pese a las bajas temperaturas esperan que la puerta del muro se abra para ser procesados y solicitar asilo político.
Autoridades norteamericanas, han estado trabajando de manera rápida, para que los migrantes no duren tantas horas a la intemperie esperando en la fila a lado del río Bravo, sin embargo, así como les están dando entrada, siguen dando salida bajo el Título 42.
En días pasados, Óscar Ibáñez, representante de la Gobernadora María Eugenia Campos Galván, en Ciudad Juárez, ha confirmado el hecho de que durante esta semana se han retornado 50 migrantes diariamente.
Los más afectados con las expulsiones del Título 42, son los cientos de venezolanos que han quedado varados en esta frontera y que ahora se ganan la vida ayudando a otros migrantes a cruzar el rio Bravo, vendiéndoles cobijas, alimento y bebidas.
Uno de ellos, dijo estar completamente sorprendido de las bajas temperaturas, ya que en su país y travesía no le había tocado sentir el frío de esa manera, sin embargo, tiene que comer y no importa estar con las piernas mojadas, pues cada persona que cruza en hombros a través del río, se gana una propina.
