Nuevamente empieza el repunte de la llegada de personas en situación de movilidad que llegan a Ciudad Juárez con la esperanza de cruzar a Estados Unidos por el Marcador de Iniciativa de Seguridad Fronteriza (BSI) 36.
El flujo migratorio se había mantenido bajo, sin embargo durante esta semana comenzaron a llegar más personas principalmente de Venezuela.
Debido a que personal del Instituto Nacional de Migración recorre el bordo del río Bravo, migrantes han optado por caminar del lado de la avenida Cuatro Siglos.
Algunos migrantes, principalmente familias, se encuentran escondidos del lado norteamericano entre las hierbas del BSI 36, pero las autoridades de Estados Unidos no les permiten ingresar, aún que están la temperatura bajas no se desisten los migrantes de acudir a albergues.
Irays del Carmen Belizario, originaria de Venezuela, platicó que llegó el martes pasado y tuvo que pasar la noche durmiendo con su marido e hijo afuera de un Oxxo, soportando el frío y tapados con cartones.
Los venezolanos, comentaron que están esperando cruzar por BSI 36, que es donde les han informado otros migrantes que por ahí tendrían acceso a entrar a Estados Unidos.
“Llegar hasta aquí y cruzar México, nos salió más costoso y difícil que el mismo Darién”, contó Irays.
Platicó que llegaron en el tren, estuvieron dos días en el desierto, ya que el tren se detuvo y mientras estuvieron ahí buscando comida y agua.
“Nosotros salimos de Venezuela porque está muy rudo, vivimos en un sector muy político, donde nos obligan a votar, acudir a marchas, nos quitan la misión de vivienda y los alimentos, por eso queremos ir a Estados Unidos para buscar una buena vida y vivienda segura”, finalizó Irays, quien ya espera cruzar por el BSI 36.