Durante la semana cientos de migrantes se han estado entregando a las autoridades norteamericanas, el número de migrantes ya ha disminuido, hasta el viernes pasado al mediodía quedan al menos un grupo de entre 100 a 200 personas, sin embargo, la afluencia de personas extranjeras que caminan por el bordo sigue fluida.
La Patrulla Fronteriza los ha estado recibiendo en autobuses, dando prioridad a los migrantes que viajan en familia, sobre todo a quienes traen menores de edad.
Los migrantes son acomodados en grupos de hasta 50 personas y luego son subidos a un autobús que los lleva al centro de procesamiento.
Cabe destacar, que antes de arribar a los camiones de la Patrulla Fronteriza, son despojados de todas sus pertenencias, por lo que en la puerta 36, ya hay un gran acumulado de bolsas negras.
Aunque durante toda la semana han entrado cientos de personas, entre la comunidad en contexto de movilidad aún continúa el desconcierto si en realidad los van a dejar en Estados Unidos o en los próximos días serán retornados a México.
Son varios los hombres venezolanos que se acercaban a la deriva del río Bravo, para preguntar a gritos a sus connacionales si es verdad que los están recibiendo, pero la respuesta en repetidas ocasiones fue “Un 50 y un 50 hermano, sólo Dios decide”, esto por parte de quien está en lado estadounidense esperando entrada.
Gegori, es un venezolano que llegó a Ciudad Juárez a primeros de diciembre, a los dos días consiguió trabajo en una empresa de pinturas, pero está mañana se acercó en motocicleta para preguntar sobre la situación que se vive.
“Creo que me voy a esperar unos días más para decidir, porque aquí ya tengo trabajo, no quiero entregarme y que luego me saquen al sur de México, perder todo y volver a subir a esta frontera sin dinero ni trabajo”, comentó el venezolano, quien han intentado hacer su aplicación por CBP One y además cuenta con una patrocinadora.
Otro venezolano, indicó que él, entró a El Paso, Texas en diciembre del 2022 de manera ilegal, por lo que esté viernes sería su oportunidad de entregarse a las autoridades de manera irregular, pero no con un pollero.