“Migrar no es un delito, el problema es que nos tratan como delincuentes y no lo somos; este trato que nos están dando los estadounidenses es completamente inhumano, no nos quieren dar una oportunidad de pedir ayuda en Estados Unidos”, comentó un venezolano que ya ha sido expulsado en dos ocasiones del vecino país y aunque se encontró en esta ocasión con más protección volverá a intentar cruzar.
La Guardia Nacional de Texas ha triplicado la custodia de la frontera con más reja y alambres de púas que ya están casi a medio río Bravo y han anunciado que encarcelaran a migrantes que destruyan esa protección para llegar al Marcador de Iniciativa de Seguridad Fronteriza (BSI) 36, pero esto no para la intención de que quienes van llegando y están pernoctando ahí busquen un hueco por donde ingresar a Estados Unidos.
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“En mi caso y en este pequeño grupo con el que he viajado no queremos romper el alambre de púas por ser un delito, pero estamos buscando la manera de que ellos nos den una oportunidad de entrar y allá se decida que hacer”, expresó el venezolano.
Reiteró que toda la gente del mundo tiene derecho a migrar y buscar una oportunidad para mejorar su vida y la de sus hijos.
“Hemos tomado muchos riesgos para llegar hasta acá, a mí me secuestraron y ahí tenemos que pagar sí o sí para salir del lugar, hay compañeros que desaparecieron y llegamos aquí, pedimos una oportunidad de entrar y que ya sean las autoridades de Estados Unidos quienes decidan si nos quedamos o no”, pidió al gobierno estadounidense.
En caso de que le vuelvan a negar su estancia legal en Estados Unidos, el migrante agregó que a su país natal Venezuela no puede volver por miedo y la opción de quedarse en México es imposible porque migración los trata muy mal y los regresa al sur de este país
“Será muy difícil entrar con tanto cerco que están poniendo, los militares apenas ven que nos acercamos y nos empujan”, contó.
Platicó que llegaron el martes a las 14:00 horas y en la noche trataron de entrar, pero no lo lograron, uno de sus compañeros intentó atravesar el alambre de púas y los arrestaron los militares el miércoles por la mañana y hasta el momento no han tenido comunicación con él.
“Solo estábamos parados pegados al cerco y pensamos en entrar, fue cuando arrestaron a nuestro compañero que se llama Raider, su mamá está en otra área y ni a ella le han querido decir qué pasó con él”, finalizó.