Mucha gente ha puesto la mirada en extranjeros en situación de movilidad que llegan a Ciudad Juárez desde otros países para cruzar a Estados Unidos, sin embargo, una población migrante que se desplaza hasta esta frontera, se trata de los mismos mexicanos pertenecientes a pueblos originarios, que vienen para quedarse, ha aportar su cultura, tradición, sazón y emprendimiento.
Fernando Mota Allen, coordinador en la zona Norte de la Secretaría de Comunidades y pueblos indígenas, confirmó que este tipo de migración que salen de su lugar de origen de comunidades muy recónditas del país, vienen a quedarse a Ciudad Juárez, en busca de una mejor realidad, calidad de vida para sus familias.
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Actualmente la Secretaría de Comunidades y pueblos indígenas, tiene contabilizadas 25 etnias asentadas en esta frontera entre ellas mazahuas, rarámuris, mixtecos, zapotecos, chinantecos, mixe, otomíes, mixtecos, triquis, mayas, huicholes, tzotzil, zoques, huastecos, chontales, purépecha, N’dee-N’nee-N’de.
“Este es un fenómeno muy interesante, que tiene una dedicatoria muy especial, porque ellos vienen a quedarse, no son migrantes de paso y eso es muy importante que hay que resaltar, como juarenses deben sentirnos orgullosos porque nuestra ciudad ofrece a ellos una oportunamente de desarrollarse”, destacó el coordinador en la zona Norte de la Secretaría de Comunidades y pueblos indígenas.
Señaló que muchos de los indígenas que se encuentran viviendo en esta frontera, tienen hasta dos trabajos, uno en la maquiladora y los fines de semana ofrecen sus productos a los fronterizos, por lo que tienen una doble actividad comercial
“Es muy diferente la migración de los pueblos originarios, a la actual migración que estamos recibiendo de otros países, por qué los indígenas que vienen a Ciudad Juárez, ya vienen apoyados de familiares que ya viven aquí”, comentó Mota Allen.
Destacó, que es a través de sus conocidos que ya están asentados en esta frontera son motivados, invitados, apoyados y guiados para que aquí encuentren fuentes de trabajo y dónde vivir.
“Este es un fenómeno muy interesante, que tiene una dedicatoria muy especial, porque ellos vienen a quedarse, no son migrantes de paso y eso es muy importante que hay que resaltar, como juarenses deben sentirnos orgullosos porque nuestra ciudad ofrece a ellos una oportunamente de desarrollarse”, destacó el coordinador en la zona Norte de la Secretaría de Comunidades y pueblos indígenas
Señaló que muchos de los indígenas que se encuentran viviendo en esta frontera, tienen hasta dos trabajos, uno en la maquiladora y los fines de semana ofrecen sus productos a los fronterizos, por lo que tienen una doble actividad comercial, que cuando ha habido ferias se han juntado hasta 67 familias para participar.
Historia de Leticia Nava de Jesús de la comunidad Mazahua
Leticia Nava de Jesús originaria de la comunidad Mazahua, llegó a Ciudad Juárez invitada por su marido, quien ya contaba con un empleo en esta frontera, una de las razones por las que migró a esta frontera fue para conseguir trabajo.
En su lugar originario se elabora la maceta, pero en su pueblo ya estaba muy mal pagada esa artesanía.
“Ahí se medio come y sobrevive, eso nos impulsó a venir aquí, primero llegamos vendiendo nuestras artesanías, pero también se fue perdiendo, la gente ya no lo quiere pagar, hasta se ofenden con los precios que damos”, contó Leticia.
Platico que ella ha sido comerciante, trabajadora doméstica y como ella describe dicen los de Juárez “He trabajado en lo que caiga, pero siempre trabajos dignos, donde uno pueda sacar adelante a los hijos”.
La mujer Mazahua, tiene cuatro hijos, dos hombres y dos mujeres, a quienes sacó adelante, pues tres de ellos se convirtieron en profesionistas, tiene un licenciado en diseño, una psicóloga, un estudiante universitario que está a punto de terminar la carrera de odontología y otra es comerciante.
Actualmente Leticia en conjunto con su hija, se dedican a vender comida dentro del Parque Central los fines de semana, ofreciendo su sazón en quesadillas, huaraches, sopes, tlacoyos, pambazos, enchiladas y gorditas porque se lo piden los juarenses.
“Yo no he perdido nada de mi sazón, sigo usando mi molcajete, sartenes, cazuelas y conservo mi cultura con mis tradiciones y vestimenta originaria”, destacó.
Dijo que se han contabilizado hasta 2 mil familias, que en un principio era menos, pero que se quedaron aquí y creció la familia.
“Nosotros como comunidad Mazahua hemos luchado a capa y espada para sacar adelante nuestro comercio y conseguir una casa nuestra que es a lo que venimos, es raro que de nosotros allá gente rentando; el reto de nosotros también fue aprender a defendernos como pueblo originario”, finalizó Leticia Nava.