En punto de las 6:00 de la mañana, María Montoya preparó su sombrilla, su monedero y con veladora en mano partió desde su casa en la colonia Bellavista, para tomar el transporte que la dejará en el Parque Borunda, para luego partir caminando hasta el Santuario de San Lorenzo.
La mujer de 57 años de edad cada año acude para agradecer el milagro de devolverle la salud a su hijo hace más de 25 años, ya que no le daban muchas esperanzas de vida una vez que le dieron alimentos caducados en su etapa inicial de vida.
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Después de permanecer casi una semana en terapia intensiva, su hijo, el menor, tomó la decisión de acudir al Santo Patrono: “llegue hechas lágrimas, me acompañó una familiar y le pedí que me ayudará, no quería entregarle mi hijo a Dios”, relató al Heraldo de Juárez.
“Después de un rato rezando, logré calmar mi tristeza y regresamos nuevamente a ver a mi hijo que estaba internado, pasaron dos días y se me cumplió el milagro, lo pasaron a un cuarto, poco a poco fue mejorando”, agregó.
Frotando sus manos constantemente, con la mirada hacia el santo, mencionó: “estoy muy agradecida con San Lorencito, no me falló, otras de mis hermanas también pidió su favor y se lo cumplió, cada año vengo, nunca me cansaré de agradecerle”.
“Mi hijo ahora ya es un adulto, tiene su familia y está perfectamente de salud, todo gracias a San Lorenzo, quizás otros no crean, pero los médicos me lo daban por muerto”, enfatizó.
“Vengo temprano porque después se junta mucha gente y no dejan pasar ni para dejar la veladora, este día, su día es de reflexión y comunicación con él, después, pues el festejo”, dijo antes de retirarse del templo.
Cabe hacer mención que el personal que auxilia dentro del Santuario de San Lorenzo piden que se tenga precaución con los menores, ya que son miles de velas y veladoras las que los fieles católicos devotos del santo dejan y los padres nos los supervisan.