Óscar Manuel, de Nicaragua, platicó que llegó al Marcador de Iniciativa de Seguridad Fronteriza 40 (BSI 40), cansado, agotado y ya hasta rendido y no encontrar ese resguardo le decepcionó mucho.
“Solo tenían la esperanza de que nos iban a recibir aquí en el punto 40 de los Estados Unidos para qué nos ayudarán y ahora también ellos nos agreden, nos disparan bombas lacrimógenas, no les importa que estén los niños, ni mujeres embarazadas”, dijo Óscar Manuel.
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Él viajó con su esposa, su hijo de 11 años de edad y su cuñada, quien está embarazada.
“Cuando uno logra cruzar esa serpentina de navajas, los militares nos regresan, no les importa nada, ni lo que uno ha luchado, Estados Unidos ya no está dando ningún beneficio humanitario, es todo lo contrario aquí en la frontera”, expresó el nicaragüense.
Para protegerse de las agresiones que ahora sufren por parte de la Guardia Nacional de Texas, comentó que tratan de ser muy pacíficos, pero aun así reciben empujones y golpes.
“Decían que si uno llega los barrotes del muro ya se entrega a migración, pero nos agarran de allá y nos arrastran nuevamente hasta el lado mexicano”, contó Óscar con gran tristeza en su rostro.
Al cuestionarlo sobre todo lo que ha arriesgado su vida para alcanzar el sueño americano, respondió: “La verdad es que si ha valido la pena, yo a mi país no puedo regresar, en Nicaragua hay un régimen, si uno se sale ya fue traición a la patria y va preso”.
Dijo: “Uno viene con la esperanza de seguir adelante con sus hijos, de estar mejor, de no estar en nuestro país como está, que es una porquería de gobierno, pensamos que Estados Unidos nos iba a ayudar, pero es todo lo contrario; Tenemos la fe en Dios que salga algo positivo”.
Otra razón del peligro de estar aquí en la frontera de Ciudad Juárez es que hay muchos cárteles para la izquierda es una mafia y derecha otra, “Tenemos miedo que nos vayan a secuestrar, no podemos movernos del punto 36 al 42, tenemos miedo que nos vayan a matar”, comentó el nicaragüense.
Óscar Manuel tiene cuatro días pernoctando en el río Bravo, ya no sabe cuál es la ruta que debe continuar.“
La travesía ha sido muy dura, los policías y militares aquí en México nos han agredido, migración nos devuelve, nos han extorsionado y aquí estamos varados, no hay para dónde ir”, finalizó su testimonio el migrante que estaba en el BSI 40.