Este domingo que se celebra el Día de la Familia, se reconoce que existen algunas con problemas serios que generan su separación, pero si se le redirecciona a una vida espiritual, puede volverse funcional.
“Es bien importante el poder descubrir las raíces que tenemos como sociedad y esta es la familia, la familia es la célula base de la sociedad y si no está sana, la sociedad se enferma, si vemos la violencia a nuestro alrededor hoy, el crimen, la delincuencia todo lo que nos aterra es porque en la familia está descompuesta la situación, está enferma la familia, muchas no todas”, dijo el padre Eduardo Hayen Cuarón, director del semanario Presencia de la Diócesis mexicana de Ciudad Juárez y representante de Catedral.
El Día de la Familia nos permite descubrir que tenemos que sanear nuestros núcleos familiares, procurar que tengamos buenas relaciones entre padres e hijos y también con Dios.
“Existe una gran cantidad de familias rotas, desequilibradas y esto produce hijos que se meten fácilmente a la delincuencia y esto por la falta de una integración familiar fuerte”, comentó el párroco.
La felicidad para algunas personas está en los bienes materiales, pero al no tenerlos, buscarán saciar esa ausencia, pero si deciden iniciar una comunicación con Dios, se darán cuenta que no es así.
“Es muy importante el poder meter a Dios en la familia, una familia sin vida espiritual, pues no tiene dirección, rumbo y piensan que solamente de lo material viene la felicidad y no al final de cuentas nos damos cuenta que no es así, la felicidad viene del espíritu”, añadió Hayen Cuarón.
“Cuando los padres saben transmitirles ese amor de Dios a los hijos y crean un ambiente cristiano en la familia, pues tienen una gran fuerza para poder salir adelante par perdonarse, hacerse favores, para quererse, tolerarse, creo que una familia unida y fuerte se compone de todo lo anterior”, añadió director del semanario Presencia.
Finalmente el sacerdote recomendó para este día y el resto del año, “pasar tiempo juntos, comer todos juntos -cada familia-, dialogar, rezar, para lograr una familia fuerte”.