El abuso de menores se ha convertido en un tema delicado desde el 2020, luego de que autoridades y organizaciones detectarán un aumento en el número de casos durante la pandemia y el asolamiento social.
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Una de estas organizaciones es la Red Mesa de Mujeres, quienes trabajan en conjunto con la Fiscalía Especializada de la Mujer y dieron a conocer algunas señales de alerta para detectar a un menor que está siendo abusado sexualmente.
Uno de estos “focos rojos” es el repentino cambio de humor, aunado a una mirada baja, espalda corva y cabeza baja, lo que refleja su estado de ánimo.
Además, la afectada o afectado empieza a ser serio, pierde el apetito, no habla, no mira a los ojos, es tímido y generalmente, no quieren hablar.
También, durante las pláticas, se observa cuando el joven se incómoda o empieza a llorar, incluso busca la forma de distraerse para no escuchar.
“Si el infante o adolescente empieza a hacerse pipí de noche o no controla sus esfínteres, el cuerpo está externando una situación externa, el cuerpo tiene memoria y el cuerpo dice que necesita ayuda”, dijo Yadira Cortés, de la Red Mesa de Mujeres.
Yadira recalcó la importancia de la lectura corporal, para detectar aquellas señales de alerta que indican que algo anda mal.
Lamentablemente, ellas han notado que la mayoría de los casos ocurren en el entorno familiar, siendo sus consanguíneos quiénes cometen el abuso sexual, ya sea sus padres, abuelos, padrastros, hermanos, primos, tíos, etc.
Agregó que del 100% de los casos, solo en el 1% el agresor es mujer, poniendo como ejemplo un hecho registrado en esta ciudad dónde una maestra de preparatoria abusaba de sus alumnos.
Reiteró que en todo el país, el estado de Chihuahua sigue teniendo las cifras más altas de abuso y de todo el estado, Ciudad Juárez es el primer lugar en esta problemática y de esta frontera, la colonia de Riberas del Bravo es donde ocurren más casos, al ser el 70% de los habitantes provenientes de otras entidades.
Yadira manifestó que anteriormente, la mayoría de los casos eran detectados por los maestros pero durante el aislamiento, las víctimas están desprotegidas, por lo que se espera que una vez que se reactiven las clases presenciales, se dispare el número de denuncias por abuso.
Recordó que el caso del padre Aristeo Baca, que fue acusado de violar a una niña y sentenciado a prisión, fue detectado y denunciado por la maestra de la pequeña víctima.
Por último, pidió que si se sospecha que algún familiar es víctima de abuso, se busque de inmediato ayuda en la Fiscalía Especializada de la Mujer o se de aviso a los números de emergencia como el 911.