Ocho días fueron los que Santinie tuvo que viajar con sus hijos y esposo en el tren y esta tarde ya se encuentra lista para entregarse a las autoridades norteamericanas.
"Entramos a México, no sé bien el nombre de donde empezamos a subir al tren creo fue por Oaxaca", contó Santinie.
Lo que sí recuerda es que llegó a la Ciudad de México y ahí bajaron del tren para tomar un descanso.
Venía en su travesía con su esposo y dos niñas de dos y cuatro años de edad.
Aunque al subir al tren, sabía que estaba arriesgando su vida y la de su familia, consideró que la experiencia fue linda porque vio la humanidad de la gente mexicana que les brindaba agua y pan.
"Sí fue muy difícil, pero la gente fue muy buena, nos dio comida, ropa, cobijas, agua", contó la venezolana.
Durante ocho días estuvieron bajando en varias ocasiones del tren.
Después de descansar en Ciudad de México, tomó otro tren que los llevó hasta Torreón ahí descansaron para nuevamente abordar hasta llegar a Ciudad Juárez.
Aproximadamente pasado el mediodía entró a esta frontera junto con un gran número de migrantes.
Como la mayoría caminó inmediatamente a buscar el BSI 36, ya que a través de grupos de WhatsApp se contactó con otros venezolanos que le dijeron cómo llegar al muro para cruzar a Estados Unidos.
"Cuando subimos al tren nadie nos molestó, ni nos tocó que nos revisara migración, nadie nos dijo nada", platicó la mujer al preguntarle si alguien les pedía que bajaran del tren.