Este domingo 03 de diciembre los católicos inician nuevo año litúrgico y con este el primer domingo de adviento, dentro de los meses más importantes para la iglesia Católica.
“Ya se nota el ambiente de diciembre en las plazas, los adornos, las calles, que bueno que mantengamos esas tradiciones muy mexicanas y de una vía popular importante”, mencionó el Obispo de la Diócesis Mexicana en Ciudad Juárez, José Guadalupe torres Campos.
“El evangelio nos dice este domingo que para ayudarnos a prepararnos durante ese tiempo de adviento para la navidad, nos indica primero velen, debemos estar en vela, estar atentos, no distraernos para no dejarnos atrapar y envolver del mundo”, agregó Torres Campos.
En la lectura del santo evangelio según San Marcos 13, 33-37, se puede leer lo siguiente:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Estad atentos, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara.
Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer: no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos.
Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!».
“Que no nos atrapen las fechas y lo que conlleva, las compras de esto, de lo otro, el consumismo, muchas, tantas cosas que nos pueden distraer y en segundo lugar estar preparados, son cuatro domingos de adviento, hoy se enciende la primer vela de la corona de adviento”, agregó el obispo.
La corona de adviento tiene su forma circular, es decir que no tiene principio ni fin, lo que nos recuerda la eternidad de Dios y pensar en los miles de años de espera en el Mesías, desde Adán hasta el nacimiento de Jesús, y actualmente en la segunda venida de Cristo, que estamos esperando.
El follaje puede ser de abeto, pino o algún material artificial verde, color que está relacionado con la virtud de la esperanza, muchos le dan el significado de un tiempo especial de crecimiento espiritual y de gracia.
Cada domingo se enciende una vela y se hace una oración acompañada de una lectura bíblica y un villancico, las velas significan la luz que va disipando las tinieblas pues cada vez que encendemos una se va disminuyendo la oscuridad hasta que el resplandor de Cristo Jesús, hecho hombre, ilumina todo.
“Cada vela aumenta la intensidad de la luz, que no se apague la luz de la fe, de la alegría de nuestra esperanza, que esta este fija en la luz que es Cristo”, enfatizó la máxima autoridad eclesiástica en la ciudad.
Finalmente, Torres Campos añadió que debemos tener las practicas de las buenas obras, oración, la eucaristía, pero ante todo las buenas obras visitar a un enfermo, darle de comer a un hambriento, darle acogida al migrante, pedir por los encarcelados, en fin distintas obras de caridad”, concluyo.