Nueve balas de gas pimienta dispararon militares de la Guardia Nacional de Texas a un venezolano que en su desesperación empezó a cavar un agujero bajo el alambre de púas para así poder pasar al lado estadounidense.
William Márquez, de 29 años, originario de Venezuela, con el lema: “El asilo es el derecho del migrante”, aguantó nueve balas de gas pimienta.
Las primeras fueron disparadas a la arena, pero una lo golpeó en el rostro y otra en la muñeca.
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William y dos compañeros más, escarbaron por aproximadamente dos horas con gran desesperación, sin importar que del otro lado del alambre estuviera más de una docena de militares que les pedían que se retiraran y que si cruzaban por el alambre de púas serían arrestados.
“Último aviso, quítense de la valla y entréguense en un puente a migración”.
“Váyanse del área, si dañan la valla van a ser arrestados por la Policía Estatal de Texas”, eran palabras que emitían autoridades norteamericanas por un megáfono.
Junto con William, estaba otro grupo de personas a quienes los militares texanos les decían que siguieran avanzando, que ellos no los iba a dejar pasar.
“Aquí no es para cruzar, deben caminar hasta donde les dije, es la única manera como les puedo ayudar”, les gritaba a algunos que estaban allí.
El ardor en la cara de William hizo que se retiraran del lugar ayudado de sus compañeros, ya que no podía ver con claridad.
Al cuestionarlo por qué aguantó tantos disparos, solo se limitó a contestar: “Porque me matan”.
Los agentes de la Guardia Nacional de Texas, bajaron al lugar donde estaba escarbando el venezolano y taparon el hueco con más alambre de púas y postes.