Este martes antes del mediodía llegó la familia Salazar desde Nicaragua, bajaron de un Uber que los dejó a espaldas del estadio Benito Juárez en la avenida Rafael Pérez Serna, para que luego caminaran hasta el bordo fronterizo para cruzar el río Bravo agarrados de la mano y solicitar asilo a las autoridades norteamericanas.
Papá, mamá e hija de nueve años atravesaron el río Bravo para hacer fila a un costado del muro fronterizo, antes de cruzar, comentaron que al ver en noticieros y redes sociales que podían solicitar asilo en Estados Unidos, decidieron emprender la travesía que les llevó dos meses.
“Preferimos arriesgarnos en el camino con nuestra hija, a seguir viviendo con el temor al gobierno, ellos deciden lo que quieren hacer con nosotros y si no queremos, solo hay de dos, la cárcel o la muerte”, contó la madre de familia.
Aunque no contaban con mucho dinero, llegaron hasta esta frontera pidiendo dinero a las personas por donde iban caminando.
Los Salazar tienen familia en Estados Unidos que al igual que ellos ingresaron entregándose a la Patrulla Fronteriza y fueron admitidos, por lo que eso los motivó a salir de su país natal.
“Nuestra familia vino igual que nosotros, hace varios meses cruzaron y fueron admitidos, cuando nos enteramos, decidimos salir de ese régimen en el que se encuentra Nicaragua”, indicó la señora.
La familia bajó hasta el río y ahí se cambiaron de ropa, para poder cruzar al lado norteamericano, después de unos minutos, se tomaron la mano y los tres atravesaron por el agua.
Después de limpiarse los pies y volverse a poner sus pantaloneras, la familia fácilmente subió y se colocó en la fila esperando alcanzar una mejor calidad de vida.