Caminando entre maleza, las altas temperaturas y tramos de lodo de un río Bravo, seco, así se encontraba caminando una familia venezolana, integrada de 10 miembros, cinco de ellos menores de edad y un bebé de un año que iba en brazos, debido a que fueron rechazados por los soldados de la Guardia de Texas, que no les permitieron ingresar a la vecina ciudad, por lo que los migrantes tuvieron que caminar una larga distancia para incorporarse al bordo.
“No les importó a los estadounidenses traemos a los niños y nos aprietan las vallas de púas para que no podamos cruzar y que los niños se corten, traemos siete niños, no más no dijeron que esperemos la cita de CBP One, pero ya tenemos tres meses acá y no sale”, contó Wendy, madre de cuatro niños.
La necesidad de comida y vivienda fue lo que motivó a la familia a aventurarse a tratar de cruzar a través de los alambres de púas, ya que supieron que noches pasadas migrantes que estuvieron deteniendo el tren, lograron cruzar al sector de El Paso.
“Nos dijeron que para que cruzábamos, que nos iban a deportar y cuando pasamos los niños apretaban los alambres de púas y algunos resultaron cortados, por eso nos tuvimos que regresar y nos quedamos en la calle, ya se nos acabaron todas las opciones”, contó Óscar, venezolano.
El padre de familia, dijo que no tienen familiares en Estados Unidos, ni en Venezuela que los apoyen económicamente, por lo que ya no les queda opción de espera.
El venezolano viene con su esposa, con quien tiene cuatro hijos de 7, 8, 10 y 11 años y con su hermana quien tiene tres menores, el bebé de un año, uno de 6 y 15 años de edad.
“A mi y mi hermana nos impulsa que tenemos hijos y tenemos que salir adelante por nuestras familias, para que ellos tengan un buen estudio y nosotros un buen empleo, queremos tener la capacidad de darle a ellos lo que necesitan”, dijo el venezolano.
La familia de migrantes, contó que tienen al menos tres meses intentando todos los días sacar su cita de la aplicación del CBP One, pero no les sale.
“Ayer por la noche, migrantes se organizaron por donde pasa el tren, rompieron vallas y se metieron varias personas, hasta le partieron la cabeza a un funcionario de Estados Unidos y pasaron todos en bola, eso es lo que les gusta a ellos, nosotros intentamos ingresar bien y solo cortaron a nuestros hijos con las vallas”, Wendy.
El hombre y las dos mujeres suplicaban al militar que los dejara pasar, que ellos se iban a entregar a migración y que ellos fueran los que decidan que lo que iba a pasar, pero les negaron el cruce y les dijeron que de cruzar así serían arrestados cinco años y les quitarían a sus hijos.