La presencia permanente de personas en situación de movilidad (migrantes) en la orilla del río Bravo ocasiona un problema de salubridad y contaminación, tras dejar basura, deshechos de alimentos, ropa, hasta heces fecales.
Los migrantes llegan al bordo del río bravo a la altura de la puerta 40 del muro fronterizo para buscar la oportunidad de cruzar el cauce para ser procesados por las autoridades de Estados Unidos, sin embargo, tienen que pernoctar en el lugar por varios días, lo que ocasiona problemas de salud.
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Los migrantes llegan en su gran mayoría a esta frontera en tren desde el sur del país, muchos de ellos se quedan varados por unos días en la ciudad de Chihuahua, pero continúan su trayecto ya sea subiéndose a los vagones del tren o bien, tomar un autobús o caminar.
Una vez que llegan a Ciudad Juárez llegan a los diferentes albergues a descansar por unas horas, pero hay otros migrantes que prefieren irse directo al bordo del río Bravo para buscar el momento de cruzar las aguas y entregarse a las autoridades norteamericanas.
Los migrantes que todavía permanecen en la orilla del río exponen su odisea y la falta de sensibilidad por parte del gobierno de Estados Unidos, ya que lo único que quieren es buscar seguridad para ellos mismos y sus propias familias porque están huyendo de sus países de origen por los problemas políticos o la inseguridad que enfrentan.
Mientras que guardan en los límites entre Ciudad Juárez y El Paso Texas, improvisan un campamento con cobijas para cubrirse de los fuertes rayos del sol, enfrente se observa parte del río sin agua, pero con mucha basura, botellas de plástico principalmente.
Incluso, se dejan ver ratas y animales carroñeros merodeando el lugar donde aprovechan la basura que tiran las personas en situación de movilidad.
Esta vista contrasta con el alambre de púas y navajas que instalaron los agentes de la Guardia Nacional de Texas a mediación del río Bravo, para evitar que pasen los migrantes a lado americano.
En otro espacio muy cerca del lugar se observan rastros de fogatas que prenden los mismos migrantes durante la noche, el cual utilizan los mismos deshechos de envoltura como cartón y plástico.