Con desánimo por saber qué otra semana no volverá a ver a sus compañeros y tendrá que seguir aprendiendo en línea, Alejandro de 14 años de edad, ha prendido el celular de su mamá para poder conectarse a las clases, las cuales iniciaron a las 8:30 en punto.
Al día debe de tomar ocho clases seguidas, las cuales tienen una duración de 35 minutos cada una, esto representa casi cinco horas sosteniendo el celular sentado sobre el sillón o comedor de su hogar, ya que no cuenta con una computadora o un área adecuada para tomar sus clases.
“No me gustan las clases así, me cuesta mucho conectarme, me aburro. Se siente muy lento el día y no aprendemos nada, solo repasamos”, señaló el menor, quien cursa tercer grado en la Escuela Secundaria Técnica 1.
Alejandro, dijo que estaba emocionado porque pensaba que este lunes ya podrían regresar a clases de forma presencial, sin embargo, al darse cuenta de que no sería así, se sintió desesperado y con una gran desilusión.
“Es muy cansado estar escuchando cinco horas a alguien que ni ves, porque no todos los profes prenden sus cámaras, no se parece nada a la escuela. Todavía que nos metemos todo el día a las clases virtuales, nos encargan mucha tarea y es estarla enviando o haciendo en el celular”, expresó.
Fue el viernes cuando el Secretario de Educación y Deporte, Javier González Mocken informó que por disposiciones emitidas por la Secretaría de Salud, se mantendría el periodo de clases virtuales en escuelas de nivel básico, mientras que en los planteles de media superior y superior, se podría trabajar de manera híbrida.
En lo que corresponde al nivel básico, la educación a distancia se extendió de manera indefinida hasta que el Consejo Estatal de Salud, en conjunto con las autoridades educativas competentes, consideren que hay las condiciones idóneas para el regreso seguro a las aulas.