Los menores de edad en situación de movilidad no acompañados que llegan a las instalaciones del albergue México Mi Hogar, reciben de manera inmediata tratamiento psicológico ante la experiencia de vivir una larga y desgastante travesía, para llegar a esta frontera con intenciones de cruzar a los Estados Unidos.
Lo antes mencionado fue confirmado por la directora general del Sistema de Desarrollo Integral de la Familia de Juárez, (DIF) Lucia Denisse Chavira Acosta, quien agregó que una de las dificultades es el tiempo que permanecen en este espacio, donde actualmente están poco más de 20 menores.
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“Sí, de hecho algo que yo quiero recalcar es que hay un equipo multidisciplinario que trabaja con ellos y una de las partes muy importantes es los psicólogos, porque efectivamente, pues vienen de una travesía muy larga, muy penosa y todo eso los mantiene inestables”, dijo Chavira Acosta.
También se muestran a la expectativa: “pues con mucha incertidumbre verdad de qué es lo que sigue para ellos, no saben si su destino final va a ser reunirse con su familia en Estados Unidos o retornar a su lugar de origen con otros parientes, entonces, pues todo eso claro que va haciendo menos en su ánimo, en su salud mental”, destacó la directora General del DIF.
“Afortunadamente, existe la manera de trabajar con ellos, claro que salen muy fuertes, los casos se han logrado, el tema con nosotros es el tiempo que nosotros no sabemos por cuánto o qué tan prolongada es su estancia”, resaltó.
“Entonces empezamos a trabajar de inmediato hasta donde nos alcanza este recurso, de verdad que es el tiempo, pero los profesionistas de la salud mental están ahí y están a disposición de los niños para trabajar con ellos de la mejor manera posible”, enfatizó Chavira Acosta.
Cabe hacer mención que estos menores siguen llegando en los grupos que salen constantemente de Venezuela, El Salvador u otros países de Centro América; algunos de ellos tienen familiares en Estados Unidos que ya los esperan y lamentablemente no llegan a sus destinos porque son detectados por las autoridades.
El Instituto Nacional de Migración (INM) los asegura, los revisa, hace recopilación de su información y canaliza a las instituciones estatales o municipales para que permanezcan en un lugar seguro mientras los padres u algún otro familiar los reclama.