Fundación Villa Integra realizó una capacitación de sensibilización a choferes que estarán operando el BRT II y también realizaron un recorrido donde personas que tienen una discapacidad visual, auditiva o motora utilizaron el transporte y a días de su arranque de prueba con pasajeros encontraron inconsistencias que dificultan la movilidad de los usuarios.
En primera instancia, Fundación Integra, ofreció la capacitación para sensibilización a la discapacidad para los choferes, se les enseñó qué es y los tipos de discapacidad, derechos humanos, la accesibilidad universal, cuidados que se deben tener al subir y bajar de los autobuses.
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De 40 choferes que están contratados para las rutas del BRT II, sólo acudieron 16 al curso de capacitación.
“Los choferes se dieron cuenta de lo inaccesible que son las estaciones a pesar de sus aparentes adecuaciones, que realmente no son funcionales”, comentó Maricruz Torres, de Inclusión Social de Integra.
En lo que fueron las pruebas de las personas que tienen alguna discapacidad lo primero que se detectó fue que las líneas podotáctiles no son adecuadas, pues atoran los bastones y no cuentan con alguna otra indicación que les marque a dónde ir, por lo que no apoya en la circulación de la persona.
“Nos comentaron que es incómodo utilizar las línea podotáctiles y muchos prefirieron no usar y mover el bastón a la banqueta normal, ya que fue más fácil”, señaló Torres.
En el caso de las personas que utilizan silla de ruedas, sólo pudieron acceder a las rampas con apoyo, ya que el ángulo de la mayoría de las estaciones es de ocho grados y no pudieron subir; igualmente para bajar, se iban de frente; los barandales de los costados son muy anchos, lo que no es ergonómico para que las personas se pudieran detener.
Las puertas de las unidades abren hacia adentro al ingresar la persona y tratar de acomodar su silla, no caben, topan en los tubos, pared y puertas, también queda un espacio entre el paradero y el camión por lo que tienen que entrar de reversa, por lo que ahí se requiere que se instale una plataforma especial para que puedan subir.
“La señalética es inadecuada, no es clara y no tiene una altura accesible para las personas que no ven y no todas las estaciones están en braille”, indicó la encargada de Inclusión Social.
Para las personas sordas, los semáforos peatonales no todos funcionan y el sonido no es claro en el momento de su indicación.
Dentro de las fallas encontradas por Fundación Integra, lo bueno es que guardias de seguridad y personal que estaba en los paraderos se interesaron por la capacitación, ya que serán quienes tendrán que brindar en ocasiones la ayuda.