Ante los nuevos retos y con la firme intención de mejorar la cobertura informativa y el servicio que brindamos a nuestros clientes, en el periódico El Heraldo de Juárez estrenamos nuevas instalaciones, ahora desde el #311 de la avenida Constitución, en la colonia El Barreal.
Ahora, desde una nueva casa mejor acondicionada y en un área mejor interconectada, el equipo de periodistas y colaboradores de El Heraldo de Juárez, continuará trabajando como se ha hecho por casi 80 años.
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Así, decimos adiós a nuestra antigua casa, que durante décadas albergó a los periódicos El Fronterizo, El Mexicano y vio el nacer con El Heraldo de Juárez, un ambicioso proyecto que buscó evolucionar la manera de informar.
Infinidad de personajes, celebridades y figuras políticas incitaron aquel viejo edificio que fue testigo de la historia que marcó a Ciudad Juárez para convertirla en la ciudad que es hoy.
Sin embargo, con todo cambio llegan nuevas metas, nuevos propósitos y el de nosotros es el de seguir siendo el mejor periódico de nuestra frontera para usted, nuestro apreciable lector.
Es así como en El Heraldo de Juárez el compromiso, historia y tradición continúan, pero con el objetivo de evolucionar para seguir informando a los juarenses.
El Heraldo de Juárez, nació un 2 de diciembre del 2019, fecha que marcó una manera más ágil y amena de leer el periódico sin tanto papel.
Su nuevo diseño de formato, un tabloide que podrá llevarse y leer con mayor facilidad.
Así es como buscamos dar un mejor servicio a nuestros clientes y lectores, renovándonos en nuevas oficinas que estarán abiertas para el público.
El Fronterizo: 81 años de historia periodística en Juárez
El martes 28 de septiembre de 1948, la edición vespertina de El Paso Herald, reportaba la llegada de un lujoso vagón de ferrocarril a El Paso, Texas:
“Con un valor de $52,000 dólares, la unidad privada se dirige a la Ciudad de México y será entregada al coronel José García Valseca, un rico editor de periódicos. El coche saldrá de Oakland el miércoles y se exhibirá en las paradas por el camino”, añadía el rotativo, mientras detallaba el lujoso interior del carro, bautizado como El Sol: “cocina de acero inoxidable, plataforma de observación de níquel, radioteléfono, [cuenta con] equipo para [reproducir] películas sonoras y un tanque de agua de 360 galones”. El lujoso vagón contaba en su interior con cinco camarotes y una sala de estar, además de “aire acondicionado y calefacción radiante”. El coronel usaría ese coche para visitar sus periódicos en español en “todo México y en el suroeste de los Estados Unidos, incluido El Fronterizo en Juárez.”