La historia de la agente Bárbara Mondragón está llena de altibajos, pues contiene momentos de mucha alegría, como cuando nacieron sus hijos, pero también de mucha tristeza, como cuando fue herida de muerte en una concurrida arteria de esta frontera cuando se formaba parte de un operativo de la Policía Municipal de Ciudad Juárez.
Fue el 17 de enero del 2019, cerca de las 2 de la tarde, cuando Bárbara se topó de frente con la muerte en el cruce del bulevar Zaragoza y avenida Las Torres, a un costado de una conocida tienda de esta frontera, cuando junto con tres de sus compañeros policías municipales, fue atacada con una ráfaga de arma larga y recibió cuatro disparos en diferentes partes del cuerpo.
Una de las balas le impactó en la cara, otra le pegó en una mano y dos más en el pecho, por lo que debió ser trasladada de emergencia a una clínica local para que los médicos la atendieran.
“Los médicos me dijeron que morí cuatro veces en un lapso de 12 horas, a los minutos de la agresión caí en un paro cardiorrespiratorio, sin embargo, fui reanimada y alcancé a llegar en estado crítico a una clínica local donde los médicos me dieron auxilio y comenzaron a luchar por mi vida; en el transcurso de la tarde y noche de ese mismo día caí en otros tres paros y tuve que ser inducida al coma", narró Mondragón en entrevista para El Heraldo de Juárez.
La agente ingresó a las filas de la Policía Municipal el 14 de diciembre del 2014, luego de haber concluido sus estudios de licenciatura en psicología y criminología en una universidad privada de nuestra frontera, corporación que hasta la fecha sigue siendo uno de los más gratos recuerdos de su vida.
El día que fue agredida estaba patrullando con un compañero de apellido Chávez, elemento que era la primera vez que patrullaba junto a ella, luego de que su compañero habitual ese día fue asignado a otra tarea.
Cerca de las dos de la tarde, ya casi para terminar el turno, se escuchó por la frecuencia policíaca que había un vehículo abandonado a un costado de una gasolinera que se ubica en Zaragoza y Las Torres, sitio al que llegaron dos unidades, una en la que se desplazaba Barbi y su compañero y otra unidad con otros dos elementos, mismos que acudieron al llamado para verificar que era lo que estaba pasando.
A los pocos minutos de haber bajado de la patrulla, cuatro sujetos aparecieron en el sitio y comenzaron a disparar contra los elementos policiacos e hiriendo de gravedad a Mondragón.
Uno de los disparos le pegó de lleno en el rostro, ocasionándole serias lesiones en la zona de los pómulos, así como paladar y dentadura, las cuales quedaron destrozadas por el impacto, y a la vuelta de casi 5 años, ha tenido que ser sometida a 37 cirugías médicas y estéticas para recuperar su rostro, paladar y dentadura.
Barbi Mondragón no ha probado alimento sólido desde el día de la agresión, hasta la fecha se alimenta por medio de una sonda gasogástrica y está a la espera de una nueva cirugía para que le sean fijados los dientes de la parte baja de su paladar para poder empezar a comer alimentos sólidos, ya que lo único que puede meter a su boca son líquidos y no muy espesos.
“La vida me cambió radicalmente luego de la agresión, sin embargo, Dios me dio una segunda oportunidad que estoy aprovechando al máximo y compartiendo mi experiencia con muchas personas de esta bella ciudad”, agregó la oficial.
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Barbi es mamá de dos jovencitos, sus dos grandes adoraciones: José Ángel de 17 años y Arturo Alberto de 14, jóvenes que junto a su actual pareja, han sido la roca de donde Mondragón se ha sujetado todos estos años y ha logrado sobreponerse a la adversidad, además de que han sido su fuente de poder para seguir luchando por la vida.
Tras casi cinco años del atentado, Barbi Mondragón se dedica a compartir su vida e impartir conferencias en diversos escenarios, lugares en los que da su testimonio de vida a efecto de motivar a otras personas para que también se sobrepongan a la adversidad y a situaciones difíciles.
“Es lo más hermoso y gratificante que he experimentado en mi vida, compartir con otros mi experiencia y al mismo tiempo brindar apoyo a aquellos que lo necesitan para salir adelante, es en realidad una actividad muy satisfactoria”, concluyó.
