Desde que se han realizado operativos conjuntos por parte de órdenes de seguridad y del Instituto Nacional de Migración (INM) para evitar que lleguen oleadas de personas migrantes a bordo del tren, se puede observar cómo transitan las personas desde la capital del Estado caminando para llegar a la frontera con Estados Unidos.
“Nos dijeron que nos iban a ayudar, que nos van a llevar a donde hay comida, pero ya no creemos, nos han devuelto muchas veces y nos dejan en la nada y para nosotros es difícil volver a creer en migración de México, preferimos seguir caminando”, dijo Mary una venezolana que caminaba por la carretera de Chihuahua a Ciudad Juárez a 15 minutos antes de llegar al parador Dunas de Samalayuca.
Ella salió con su padre, hermano y dos niños de brazos desde Venezuela hace seis meses y en México lleva una travesía de tres meses.
Aunque tengan los pies desgarrados, hambre y sed, muchos de los migrantes que se ven caminando por la carretera, no confían en agentes del INM, quienes, al detectarlos, les ofrecen resguardo y llevarlos a algún lugar seguro.
Los extranjeros en situación de movilidad que caminaban al ras de la carretera, señalaron que estos agentes del INM los suben con engaños a sus camionetas, los regresan unos kilómetros atrás y los dejan en medio de la nada, además que muchas veces les quitan celulares y el poco dinero que les queda.
“Nos dicen que nos van a llevar a comer y solo nos regresan para atrás, ya nos han hecho eso dos veces y nos dejan tirados en la calle y tenemos que volver a caminar, tenemos más de cinco días caminando”, platicó Mari, quien al momento de llegar representantes de la casa editora de El Heraldo de Juárez fue liberada por lo agentes que solo le cuestionaron, "¿Vas a querer la ayuda o no?"
Los venezolanos dijeron que gracias a la presencia de la camioneta con los logotipos de El Heraldo de Juárez, los agentes del INM los dejaron ir, ya que les habían dicho que les pondrían una multa y los llevarían a dónde nadie sabe.
“Nosotros venimos con la meta de llegar a Estados Unidos, pero la migración de aquí no nos deja llegar, siempre nos bajan en la nada, nos dicen: se nos van de aquí y no dicen nada, es por eso que aunque se nos rompan los pies vamos a llegar”, recalcó la venezolana, quien continuó su camino luego que las tracas del INM se retiraron y se incorporó a otro grupo de migrantes que iba más adelante.