La polémica colocación de la barrera flotante de boyas en el río Bravo-Grande que colocó el gobernador de Texas, Gregg Abbott al parecer brillará por su ausencia en esta frontera.
En un recorrido, que realizó El Heraldo de Juárez a la largo de la frontera desde Guadalupe Distrito Bravo hasta Anapra se constató que es imposible que en este sector se coloquen esas boyas para impedir el cruce de migrantes a Estados Unidos, pues el río carece completamente de agua.
En los poblados del Valle de Juárez hay una gran extensión de lo que abarca el río Bravo, sin embargo, lo único que tiene es flora de malezas.
Incluso en el nuevo puente de Tornillo-Guadalupe, de manera extraoficial, agentes de La Aduana y Protección Fronteriza (CBP), dijeron que el río nunca ha llevado agua.
Únicamente cuando llevó agua fue en el 2006, cuando cayó una fuerte lluvia y casi lo desbordó.
También los agentes de CBP, contaron que la profundidad de río varía entre 1.80 metros y en los más profundo es de 2.5 metros pero en años ha estado sin agua.
Se constató que en el área del Valle de Juárez, no hay el mismo resguardo por parte de la Guardia Nacional de Texas, pues en aquel sector no hay la presencia militar, ni recorridos de la Patrulla Fronteriza, como se observa en todo el muro estadounidense que recorre Ciudad Juárez.
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Aunque no hay agua para el migrante sería complicado intentar cruzar por el sector del Valle de Juárez, debido a que antes esta una acequia por donde se entrega el agua, luego la extensión del río, seguido por el muro fronterizo y el arroyo de aguas de Estados Unidos.
Hasta el momento se han colocado las boyas en Eagle Pass, que es frontera con Piedras Negras, Coahuila, se planea por parte del gobierno de Texas que sean 300 metros de extensión de esta nueva estrategia de impedir el cruce ilegal de migrantes.