El Cerro del Cristo Rey, que se ubica en los límites de Texas y Nuevo México, es utilizado por migrantes para cruzar al vecino país sin ser detectados por la patrulla fronteriza, escondiéndose entre enormes matorrales y piedras.
Voluntarios de iglesias cristianas y de organizaciones civiles, se dieron a la tarea de dejar recipientes con agua, para que los extranjeros no sean víctimas de golpe de calor o deshidratación al permanecer por horas bajo el sol esperando que la noche para poder internarse a Estados Unidos.
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Desde que se inició el problema migratorio, este lugar que también colinda con la colonia Rancho Anapra, al poniente de la ciudad, ha sido el camino preferido por los polleros para llevarse a los extranjeros.
Luego de esconderlos entre los matorrales, esperan la caída de la noche para poder trasladarlos a Sunland Park, una comunidad del estado de Nuevo México, en donde todavía permanecen hasta que acuden a recogerlos para llevarlos a su destino final.
Con relación a esta actividad, el vocero de la Policía Municipal, Adrian Sánchez Contreras, dijo que pese a que se ha reforzado la vigilancia policiaca en esos lugares, se sigue registrando el cruce de los extranjeros.
Se suben hasta el cerro, donde no puede intervenir la policía por ser territorio norteamericano, y esperan la noche para internarse sin ser detectados por la Patrulla Fronteriza, dijo.
Desde hace días, integrantes de organizaciones en defensa de los derechos de migrantes, así como de grupos de cristianos se han dedicado a dejar galones de agua en apoyo a estas personas que buscan una mejor manera de vivir.
Estos ayudará a que puedan soportar las altas temperaturas, señaló uno de los voluntarios que acudió con galones de agua para dejarlos a mitad del cerro.
