En un intento por tratar de darles un lugar seguro de empleo y retirarlos de las calles, la Cámara Nacional de Comercio (CANACO), les ofrece algunas vacantes.
Rogelio Ramos, Presidente de esta cámara, señaló que el Instituto Nacional de Migración les otorga un permiso de 60 días y una Clave Única de Registro de Población, para poder laborar.
Sin embargo, de cada diez migrantes, solo dos quieren trabajar y de cada tres que documentan o consiguen empleo, uno deserta.
“Nosotros en CANACO les hacemos la entrevista para ver cuáles son sus aptitudes y los canalizamos a Oxxo, Del Río, González, Aptiv, entre algunas otras”, dijo el empresario.
Además los llevan al Servicio de Administración Tributaria para que les den su Registro Federal de Contribuyentes y su Carta de Situación Fiscal para que les puedan timbrar la nómina.
Sin embargo, todo este registró lo tiene el INM que se da cuenta de todas las deserciones que se han dado, ya que no desean trabajar y viven con la esperanza de cruzar a los Estados Unidos.
Lamentablemente, en su mayoría estos migrantes son venezolanos, que no quieren aprovechar las oportunidades y prefieren vagar en las calles pidiendo limosna.
Desafortunadamente ninguna autoridad lleva un control exacto del número de migrantes que hay hoy en día en nuestra ciudad, lo que agrava aún más el problema.