Mientras que para muchos, el 15 de julio del 2010 fue una fecha que marcó sus vidas, para el capitán Felipe Manuel Caldera fue el día en que volvió a nacer, tras haber librado con vida el artero atentado terrorista del Cártel de Juárez, en el corazón de Ciudad Juárez.
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Y es que el caso del coche bomba fue una noticia que dio la vuelta a todo el mundo, al ser el primer ataque con explosivos registrado en una de las fronteras más grandes de México, a manos del crimen organizado.
Sin embargo, para el Capitán Caldera, fue un episodio de su vida que ya pasó a la historia, pero que gracias a eso, lo llevó a tener un acercamiento espiritual con Dios, a quien agradece por cada día de su vida.
Con casi 17 años de carrera como paramédico, ahora, sigue ayudando a la ciudadanía, comprometido con su profesión, que le ha dado tantos gustos y sinsabores, pero que aún así, no cambiaría por nada.
En una breve entrevista para El Heraldo de Juárez, platicó como es hoy su vida, después de 11 años de aquel terrible suceso que lo marcó, pero al mismo tiempo, lo hizo renacer y comprender que tiene un nuevo objetivo.
Con una sonrisa, platicó que hace unos días festejaba su cumpleaños y que el 15 de julio también festejaría su resurrección, ya que para él fue una muestra del amor de Dios, al haberle permitido seguir con vida.
“Toda esta semana es de fiesta para mí, porque aquí sigo, con un nuevo propósito, con mi familia, ahorita ando a las carreras porque voy a que me pongan mi vacuna y después, a recoger la ambulancia que tengo y con la que estoy de voluntario ayudando a la ciudadanía después de mis horas de trabajo”, contó entusiasmado.
Recordó, que días antes de aquel lamentable incidente, él había soñado que tenía un accidente de trabajo y que Dios le había dicho que no se preocupara, que él estaría ahí y que vendrían cosas mejores.
Ahora, con el grado de Capitán en el Departamento de Rescate, agradece las bondades de la vida y al mismo tiempo, lleva en su memoria a las personas que perdieron la vida ese 15 de julio.
“Es un episodio en mi vida y cada que llegan estas fechas el recuerdo llega, aunque gracias a Dios ya lo hemos ido superándolo, yo trato de sacar adelante esta situación platicando amenamente, ya que la vida es cambiante”, agregó.
Dijo que para él ya solo es un recuerdo, que le está haciendo presente en la memoria de que Dios le ha dado un testimonio de que está en su vida, un recordatorio para que siga creciendo y siendo una mejor persona.
“Tengo 16 años y medio en Rescate, voy a cumplir los 17 años y pues, gracias a Dios aquí seguimos trabajando al servicio de la comunidad y seguiré hasta que Dios disponga, es muy apasionante para mí servir a los demás”, reiteró.
Su pasión inició desde los 15 años como voluntario y ahora, sigue laborando para Protección Civil y como voluntario durante sus horas de descanso, aunque su sueño sería que uno de sus hijos siguiera sus pasos.
Al preguntarle si cambiaría algo de su vida, rápidamente respondió que no, ya que todo lo vivido lo ha llevado a conocer a Dios, quien ahora es su amigo y a quien ama, por dejarlo seguir junto a su familia.