Desde que llega la primavera, las temperaturas se van elevando poco a poco en esta ciudad fronteriza, lo que genera que los comerciantes ambulantes o semidiós tengan que invertir más en mantener frescos los alimentos que venden.
Es común ver en el Centro Histórico a vendedores con carritos en los que venden desde aguas frescas, refrescos, agua natural o mariscos, mismos que deben mantenerse en refrigeración.
"Tenemos vendiendo bebidas como refrescos y aguas en las calles de aquí del centro 20 años y ahora estamos gastando un 50 por ciento más para que estén fríos", comentó el señor Lorenzo López.
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El comerciante dijo que gasta entre 4 y 6 bolsas de hielo, ya que el calor lo derrite muy pronto, lo que da un total de 150 pesos, pero termina comprando dos o tres más.
Otro de los vendedores con opción de alimentos son los que preparan cócteles de mariscos en la vía pública, quienes también requieren hielo para mantener en buen estado el producto.
"Pues compramos un cuarto de barra de hielo, al menos eso me provee mi jefe, lo colocamos en las hieleras y acomodo los mariscos y recorro todo el centro, pero cuando veo que ya se está derritiendo, voy de regreso porque ya no aguantará mucho tiempo", relató Humberto Ramírez.
Pues una cantidad exacta nos sabría, pero son como unos 500 o más para que no se nos echó a perder la comida, aseguró Ramírez, quien recomendó revisar lo que les venden para que no consuman caducada la comida.
Esta recomendación es parte de las que el sector salud ha emitido a la población para evitar males gastrointestinales y que sean motivo de hospitalización.