En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se conmemora cada 10 de septiembre, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía dio a conocer que el estado de Chihuahua presenta la mayor tasa de fallecimientos por lesiones autoinfligidas (suicidio), con 14 muertes por cada 100 mil habitantes.
Dicha cifra supera la tasa nacional, que es de 6.2 muertes por cada 100 mil habitantes.
Después de Chihuahua, Aguascalientes se encuentra con una tasa del 11.1 y Yucatán ocupa el tercer lugar con 10.2 casos por 100 mil habitantes.
Por lo contrario, Guerrero, Veracruz e Hidalgo presentan las tasas más bajas con 2.0, 3.3 y 3.7, respectivamente.
Las estadísticas de mortalidad reportan que para 2020, del total de fallecimientos en el país (1 millón 069 mil 301), 7 mil 818 fueron por lesiones autoinfligidas, lo que representa 0.7% de las muertes y una tasa de suicidio de 6.2 por cada 100 mil habitantes, superior a la registrada en 2019 de 5.6.
Por sexo, de los decesos por esta causa destaca que los hombres tienen una tasa de 10.4 fallecimientos por cada 100 mil hombres, mientras que esta situación se presenta en 2.2 mujeres por cada 100 mil.
El grupo de población de 18 a 29 años presenta la tasa de suicidios más alta: 10.7 decesos por cada 100 mil personas; le sigue el grupo de 30 a 59 años con 7.4 fallecimientos por cada 100 mil.
El Inegi revela que la tasa de suicidio es más alta en el grupo de jóvenes de 18 a 29 años, ya que se presentan 10.7 decesos por esta causa por cada 100 mil jóvenes.
Otro dato relevante es que para 2018, de la población de 10 años y más, 5% declaró que alguna vez ha pensado suicidarse.
“El suicidio es considerado un problema de salud pública que conlleva una tragedia para las familias y para la sociedad”, señala el documento del Inegi, dado a conocer en el margen del Día Mundial para la Prevención del Suicidio.
Agrega, “estas pérdidas pueden prevenirse si se interviene de manera oportuna, por lo que es debido centrarse en la comprensión de estos sucesos para crear estrategias adecuadas de intervención.
Para esto se instituyó el 10 de septiembre como el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que insta a fomentar en todo el mundo compromisos y medidas prácticas para prevenirlos. Con el propósito de contribuir a esta causa, el Inegi ofrece información estadística actualizada sobre estos hechos, y en esta ocasión presenta también algunos indicadores de ideación e intentos de suicidio.
De acuerdo con el Sector Salud, aunque algunas de las muertes por suicidio ocurren sin ninguna señal de alerta, la mayoría de la gente que muere por suicidio muestra dos o más de señales que se consideran “focos rojos” o de alerta, dentro de un período de dos meses antes de la fecha de su muerte.
Entre dichas alertas se encuentran comentarios de deseo de muerte, que muchas veces son ignorados por pensar que la persona trata de llamar la atención. Es importante considerar dichos comentarios seriamente porque las personas que hablan acerca de suicidio lo hacen para encontrar a alguien que los escuche y les ayude.
Otras personas comienzan a despedirse de sus seres cercanos, algunos piden perdón por algo que hayan hecho en contra de alguien.
Además, se estima que en el país, la mitad de la gente que se suicida se encuentra drogada en el momento de su muerte. Este riesgo se incrementa al 80 por ciento entre los adolescentes y adultos jóvenes de menos de 25 años de edad.
Hay también cambios en el estado de ánimo, con el incrementa la desesperanza, la persona se muestra diferente y decaída; hay incremento o pérdida del nivel de actividad; llegan a comer mucho o muy poco e igual hay cambios en el sueño, durmiendo mucho o muy poco.
La gente que de repente se muestra muy feliz después de sentirse triste y aislada, se encuentra en peligro grave de cometer suicidio. Le es más fácil preparar y llevar a cabo el plan de suicidio cuando la persona tiene más energías, por lo que se exhorta a buscar ayuda si se conoce a alguien que muestre estas señales.