El cansancio de ocho días de viaje atravesando México de sur a norte, la falta de alimento, agua y el calor hicieron que Jessica cayera inconsciente mientras caminaba por la deriva del río Bravo.
Fue a la altura donde se junta la calle Hermanos Escobar y Rivereño que la mujer en situación de movilidad no pudo continuar y se desvaneció.
Aunque se acercó una troca del Instituto Nacional de Migración, no hizo nada por ayudarla, sólo le comentó que llamaría una ambulancia para que ellos la atendieran.
Fueron los mismos migrantes, que iban en el camino los que auxiliaron a la mujer colombiana, a quien le compartieron de su agua para reanimarla.
Jessica de 30 años de edad, dijo que viajó desde su país, Colombia, con sus dos hijos menores de edad, como parte de su camino para buscar asilo político en Estados Unidos.
A la mujer, también la acompaña su hermana, su cuñado, quienes también traen a sus hijos, entre ellos una pequeña de tan sólo dos años de edad.
Este jueves recién llegó en el tren y de inmediato caminó con toda su familia al río para entregarse a la Patrulla Fronteriza, sin embargo, hasta el momento sigue en el suelo a la espera de una ambulancia.
Otra de las opiniones que le dieron otros migrantes es acudir a descansar y comer en un albergue, sin embargo, aún sigue con la idea de llegar al Border Safety Initiative marker (BSI / Marcador de Iniciativa de Seguridad Fronteriza) 36.