La Fuerza Aérea Mexicana informó que se han realizado un total de 12 vuelos en el proyecto de bombardeo de nubes con yoduro de plata sobre el estado de Chihuahua, para estimular las nubes y potencializar las precipitaciones, de las cuales se estima que han incrementado un 30% de lo que se hubiera registrado en condiciones normales.
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Así lo informó el Teniente de Fuerza Aérea Piloto Aviador Víctor Alfonso Torres Sánchez, quien detalló que cada vuelo tiene una duración de tres horas y que en cada uno se ataca la zona donde hay mayores probabilidades de éxito, de acuerdo con condiciones de humedad y la formación de las nubes, por lo que hasta el momento ya se ha cubierto todo el polígono de 2 millones de hectáreas trazado por la Secretaría de Desarrollo Rural del Gobierno de México, y que abarca desde ciudad Guerrero hasta el municipio de Guadalupe y Calvo, colindando con el norte de Durango, en el municipio de Guanaceví.
Las lluvias de junio llegaron en un momento estratégico para inhibir los incendios forestales que devastaron la Sierra Tarahumara, y cuyos efectos, que se han manifestado hasta este mes de julio, continuarán hasta septiembre para completar el ciclo de tres meses durante temporada de lluvia, generando beneficios en la Cuenca Baja del Conchos, hasta donde llegan los escurrimientos de la lluvia acumulada en los bosques, y permiten que las presas recuperen metros cúbicos de agua, esenciales para el riego de cultivos y producción ganadera.
Las intervenciones se realizan desde la aeronave tipo King Air 350, pilotada por dos oficiales: el Teniente de Fuerza Aérea Piloto Aviador Víctor Alfonso Torres Sánchez y el Capitán Segundo de Fuerza Aérea Piloto Aviador Ervyn Chay Vázquez; además de incluir un equipo de especialistas de la Fuerza Aérea, conformado por personal mecánico y electrónico. También va un meteorólogo a bordo; un elemento de personal del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la Fuerza Aérea y dos elementos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural. En conjunto, proporcionan los datos sobre la zona más adecuada a trabajar en ese momento, de acuerdo con previsiones meteorológicas y científicas que realizan en un “briefing” previo a despegar.
Cada vuelo va cargado con dos tanques, uno en líquido, que es el reactivo de yoduro de plata, con capacidad de 100 litros, y otro de gas, con aire, que combinados se realizan los “disparos”, que en realidad es como rocío por medio de aspersión a través de una esprea, en la que se combinan ambos elementos para estimular las nubes.
El 19 de junio fue el vuelo de reconocimiento y el primer vuelo de bombardeo fue el 20 de junio, un día después, en la zona serrana del estado, con base en los afluentes y los escurrimientos de la zona serrana.
“Se ha tenido buen resultado. En la zona donde hemos estado volando, inclusive ya se observa la zona serrana verde, y ya no hemos observado incendios activos. Desde el aire se observaba la sequía como tal, pero ayer y antier hemos volado y es visible cómo ya cambió de color”, detalló el teniente Torres Sánchez.
Preparación del vuelo
La forma en que seleccionan cómo atacar cada área, es conforme a las condiciones meteorológicas que hay en ese momento; el Servicio de Meteorología de la Fuerza Aérea indica las condiciones más favorables, en cada ubicación.
Antes de salir a volar se hace una reunión previa, llamada “briefing”, en la que se junta todo el equipo de vuelo, personal de Meteorología, que informan basados en imágenes satelitales, pronósticos y otras herramientas para evaluar las condiciones meteorológicas y la mejor ubicación, ahí se decide qué zona atacar, según las condiciones de humedad, para obtener resultados positivos.
“Se ha trabajado en todo el polígono, la humedad ha estado presente en muchas partes, un día trabajamos en la zona norcentral, en otra centro sur, pero se ha trabajado en todo el polígono designado”, afirmó.
Aplicación del reactivo
El material es líquido y se carga en un tanque, junto con un tanque de aire. El vuelo es por los bordes de las nubes, donde por medio de unas válvulas se aspersa y sale atomizado hacia las nubes a través de una esprea. En cada vuelo se descarga el tanque de 100 litros, que provoca la precipitación que inicia entre siete y 10 minutos después de que atomiza la nube.
“Es muy padre saber que estamos ayudando a la población. Para la Fuerza Aérea Mexicana es muy importante, porque nosotros como integrantes es satisfactorio poder participar en este tipo de proyectos en beneficio de la población, que es lo que nos anima a seguir adelante”, compartió.
Añadió que el reactivo es 100% amigable con el medio ambiente, sustentado por estudios y análisis que confirman que no se han detectado rastros en las pruebas que se han hecho, aunado a que su composición es amigable.
Nubes
“Hay tipos de nubes que son como las nimbus, esas son de desarrollo vertical y nos van a dar una idea de cómo se está formando la humedad en la parte del polígono que se está trabajando. Hay otras que acompañan a los cúmulus nimbus, que son estratos, son capas de nubes que ya tenemos identificadas y que a partir de que vemos el tipo de nube, podemos saber cómo se va a desarrollar la nube, y cómo podría desarrollarse la precipitación. A veces los cumulus nimbus ya están formados y sabemos que va a llover, entonces, al momento que aspersamos este reactivo, se estimula un 30% esta nube”, explicó el Teniente Torres Sánchez.
Acotó que hay nubes como los estratos que luego del estímulo se crea una baja presión y se genera una reacción en cadena.
Estamos apoyando y en todo momento listos para salir y volar. Con este tipo de condiciones meteorológicas, podría ser una restricción para los vuelos. Como Fuerza Aérea Mexicana, nos gusta salir, con el ánimo de participar y apoyar a la población. El riesgo está implícito en todo vuelo; hay que tener –ciertamente- un poco de más cuidado, por el tipo de vuelo, pero estamos preparados para eso. Es una muy buena aeronave, ideal para este tipo de proyectos.
Para finalizar reiteró que la Fuerza Aérea está siempre dispuesta a apoyar, y participar en el apoyo de la población dentro del Plan DN III-E.
“El Plan DN-III-E abarca como tal, el apoyo a la población civil, esta sequía es una condición que ya no es local, sino de carácter nacional, y esta parte del país se ha visto muy afectado, y por eso dentro del Plan DN-III estamos apoyando a que haya mayor captación de agua”, concluyó.