Los altibajos que ha tenido en su vida tras emigrar de Venezuela hasta esta esta frontera, es lo que la formó como artista tatuadora, además de hacerse llamar “Atenea”, por ser la diosa de la guerra estratégica y figura de fuerza femenina, con la que ella se identifica.
La venezolana llegó a México hace cuatro años y describe a Ciudad Juárez como su todo, al llegar a esta frontera, su primer trabajo en barras, donde vio y vivió muchas cosas, de ahí fue haciendo una evaluación y base la experiencia, encontró su pasión y qué es lo que quería para su vida.
"El tatuaje cambió y salvó mi vida, antes, yo me sentía en el limbo, no tenía noción de qué quería hacer con mi vida, a raíz del tatuaje, encontré un norte, esto me llena de placer, poder hacer algo que me gusta y que amo, todos los días es algo diferente, me llena de paz y me retribuye para vivir de esto", contó “Atenea”.
Su mayor satisfacción es la conexión que tiene con el cliente mientras va haciendo el trabajo por el símbolo del dibujo que representa para la persona.
Cuando eran tiempos de pandemia y tuvo tiempo de ocio, comenzó a practicar dibujos sobre sobre frutas, su primer tatuaje que aplicó fue a su esposo, "No me quedó tan mal”, expresó la joven de 26 años.
“México me ha dado mucho, todo lo que soy, este es un país de oportunidades, aunque mucha gente no lo vea o lo crea y sobre todo en la frontera, aquí hay muchísimo trabajo para el que quiera progresar, Juárez, es paz, me siento en mi casa”, dijo la extranjera sobre su experiencia de vivir en Juárez.
Sus sueños y planes a futuro son crear un estudio en donde enseñar a tatuar a otros jóvenes, para que ellos puedan vivir de esto en cualquier parte del mundo.
A sus paisanos venezolanos les dice: “Es muy duro salir con toda la familia del país, tienen que ser muy conscientes de que van a exponer a tantas personas y sus vidas, sí quieren salir háganlo, pero es un camino muy difícil”.
