La ansiedad infantil o juvenil es una reacción de adaptación que se presenta en niños y adolescentes ante situaciones que ellos viven como un peligro o una amenaza en su entorno, hacerse de la escuela o en su hogar.
La ansiedad se puede manifestar de diversas maneras en la infancia y la adolescencia. Podemos darnos cuenta mediante los miedos como fobias específicas, fobia escolar o fobia social, ansiedad a la separación de las figuras de vínculo, preocupaciones cotidianas excesivas y generalizadas en diferentes situaciones o bien a través de crisis de angustia.
La ansiedad se hace acompañar de varias manifestaciones físicas, cognitivas y conductuales, que hay que valorar e intervenir por medio de expertos para lograr un buen resultado con el tratamiento que se indique.
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La psicóloga Claudia Varela, nos hace saber que la ansiedad infantil está muy presente entre la sociedad y más después de pasar por el encierro de la pandemia por covid-19, "es un trastorno en el que se se sufren los mismos síntomas que de un adulto, solo que los niños se detienen menos, por lo que lo manifiestan de una manera más abierta".
La ansiedad infantil ha existido desde hace mucho tiempo, antes de la pandemia, pero antes se catalogada como fobia escolar, pero finalmente era una situación de ansiedad bajo el tema de temor por ser separados de sus padres y en eso se resume la ansiedad infantil", detalló Varela.
Algunos o varios síntomas dentro de las reacciones físicas que se pueden presentar son: hiperventilación, ataques de pánico, sensación de hago, mareos, llanto incontrolable, aumento del ritmo cardíaco, temblores, sudores, náuseas, por lo que es necesario ayudar a los niños y adolescentes a adquirir recursos que les permitan controlar y desactivar estas reacciones.
Dentro de las reacciones cognitivas se ha notado que los niños y jóvenes desarrollan pensamientos relacionados con la indefensión, la inseguridad, la anticipación de peligros o la baja autoestima que les dificultan el enfrentamiento a aquello que les angustia, se importante intervenir para ayudarles a reconocer los pensamientos y aprender estrategias para cuestionarlos o distanciarse.
Otro aspecto que como adultos nos ayuda a podernos dar cuenta de que algo no esta bien, son las reacciones conductuales, los niños y jóvenes con ansiedad o depresión tienden a desarrollar comportamientos que quieren evitar aquello que les da miedo o provoca inquietud, por ello buscarán excusas para negarse a ir por ejemplo a la escuela, actividades extra clase o incluso con familiares o amistades.
Cuando los menores o jóvenes buscan apoyo sin poder decirlo directamente, estos muestran ciertas conductas y se tiene que analizar cuando es el punto en donde es llamar la atención o poder distinguir que presentar este trastorno.
"El cambio de conducta, los niños que repentinamente empiezan a tener llantos, taquicardias, temblores, eso es, ya que nunca lo habían manifestado y ahora sienten mucha ansiedad al ser separados de sus padres por ir a la escuela o que estos van a trabajar", externó Varela.
La ansiedad infantil o juvenil generalizada, en esta las sensaciones de miedo o angustia acompañan a la persona mayor en parte o la totalidad del tiempo, por lo que es, una situación altamente incapacitante y viene dada por la tendencia de la persona que la sufre, a evitar la situación ansiógena y por tanto, dejar de hacer cosas que en condiciones normales, podría hacer.
Una mala crianza podría ser comparada con la ansiedad, ya que muchas personas en el entorno asegurarán que los niños que la padecen, esta mimado o mimada para conseguir algún beneficio de los padres, por ello es fácil de identificar por quienes resguardan a los menores.
"Los síntomas ya un poco más graves que acompañan a la ansiedad infantil o juvenil, son pérdida de peso, palidez, ya que afecta en su salud física, porque dejan de tener apetito ante la sensaciones que les causa este trastorno", resaltó la psicóloga.
El bullying es uno de los factores que puede agravar más ansiedad en los menores que la padecen, la situación de constantes burlas, ataques de sus compañeros y la ausencia de sus padres en el entorno escolar hace que pierdan la motivación a realizar sus tareas dentro de la institución escolar.
La psicóloga, experta en estos temas, recomienda a los padres de familia observar a los niños o jóvenes y en caso de detectar alguno de los síntomas, exhorta a acudir con el médico para que evalúen la situación y mediante las terapias mejore la salud mental de los menores y sobre todo darles herramientas para que estos logren controlar cualquier episodio de ansiedad si se llega a presentar nuevamente.