Ciudad Juárez, Chihuahua.- El Pan de Muerto es una tradición que se sigue conservando en México pese a los años, sin embargo el tiempo ha ido innovando su preparación sin tener que cambiar la receta que algunos panaderos continúan conservando desde sus inicios.
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Javier Venzor, es uno de ellos. Fue hace 26 años que comenzó a elaborar este alimento tan aclamado por la sociedad durante esta temporada y aunque al principio solo se vendía el tradicional, ahora ha evolucionado con diversos complementos como fruta fresca, cajeta y crema bávara o pastelera, mientras que su sabor a naranja y mantequilla sigue permaneciendo.
“Antes no usábamos nada de eso, ahora nos hemos modernizado un poquito más y ya la gente no lo pide con cajeta, con nuez, o muchas de las veces ellos nos traen un relleno y se los hacemos al gusto del cliente. No hemos cambiado la receta, solo le fuimos agregando los rellenos”, explicó el actual trabajador de la pastelería La Espiga de Oro 2, lugar que lleva ofreciendo este alimento a los juarenses desde hace más de 45 años.
Venzor, comentó que el pan se comienza a elaborar desde unos días antes, ya que la gente los pide para los altares, sin embargo, ante la pandemia por Covid-19 este año si se ha visto un poco barada sus producción, a comparación de temporadas pasadas.
“Ahora desafortunadamente no hay mucha venta porque no hay muchas escuelas , pero bueno al menos si está saliendo poquito, estamos vendiendo. Bajó a lo mejor un 20 por ciento”, señaló.
De acuerdo a lo que mencionó, el Pan de Muerto, surgió desde la época de los Aztecas, donde se sacrificaba a una doncella para robarle el corazón, meterlo en una olla con amaranto tostado para finalmente morderlo.
Fue hasta el año de 1519 que los españoles cambiaron la estrategia, comenzando a elaborar panes en forma de corazon, pintando la azucar de color rojo como si fuera sangre.
Explicó que ya con el tiempo, el mexicano fue modernizando un poco más la figura del pan haciéndolo redondo, lo cual significa los cuatro puntos cardenales, la pequeña bola representa al corazón y los huesos las manos y los pies.
El señor Venzor inició desde abajo a la edad de 17 años, “comencé agarrando la escoba, limpiando charolas, adornando el pan y poco a poco me fueron soltando las recetas del fundador y el procedimiento que se elaboraba en cualquier tipo de pan”, compartió.
Los precios que se tienen en esta panadería ubicada en el bulevar Manuel Gómez Morin, varían entre los 45 y 22 pesos, y se cuenta con los tradicionales sabores de mantequilla y naranja.
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