Ciudad Juárez, Chihuahua.- “Me asusté cuando vi que los paramédicos entraban a mi cuarto, todos vestidos de blanco, con overol, iban por mi para ingresarme a un hospital porque ya no podía más. Creí que me iba a ir a morir a un hospital, en ese momento solo pensé en mi familia y preferí quedarme en casa para poder seguir por lo menos oyendolos de lejos, hasta que me tocara, pero aquí estoy, sí le gané al Covid”, expresó Carlos Trillo, quien estuvo a un paso de la muerte por causas y complicaciones que le generó el Coronavirus.
CARLOS TRILLO, SOBREVIVIENTE
A sus 39 años, Carlos, tuvo que luchar una batalla que casi le cuesta la vida y que durante casi un año, le ha costado a miles de personas en todo el mundo.
Su diagnóstico clínico, antes de que fuera contagiado por Covid-19, a mediados de abril, era diabetes, obesidad, alta presión y síndrome del “Pulmón pequeño”, por lo que el miedo a esta enfermedad se aumentaba, y en cuanto a las probabilidades de salir, eran pocas.
Al principio si crees que puedes ser la posibilidad en miles, pero lo ves demasiado lejos, aún y cuando tienes el primer síntoma. Eso me pasó a mí, creí que no me podía pasar y que lo que tenía era cualquier resfriado e incluso intoxicación por algo que me había caído mal platicó.
Su primer síntoma fue la diarrea, la cual le dió más de tres días y como ninguna otra vez, después fue perdiendo la fuerza, hasta el grado de resultar imposible levantarse de la silla de ruedas que usaba por su peso.
A la semana, su esposa comenzó a presentar los mismos síntomas que él, por lo que hablaron a su doctor de cabecilla, quien de inmediato los mandó a realizarse la prueba del Covid-19 y por ende, a aislarse.
En ese momento, comenzaron a sentir con mayor intensidad los síntomas que implica esta enfermedad, y el miedo se apoderaba aún más al tener que escuchar a sus hijos desde el otro lado de la puerta, preguntándose qué pasaría si los menores de seis y dos años, se quedaban solos.
La prueba había salido positiva y el doctor les había adelantado que tenían que estar preparados, porque la segunda semana, la cual estaba por entrar, sería la peor.
Así fue, la segunda semana llegaron las complicaciones respiratorias, hasta el grado de pedir una ambulancia, pues la oxigenación en la sangre había bajado hasta 79.
En ese momento, el miedo y lo que se creía imposible de llegar, se había convertido en realidad, y lo pudo ver, cuando los paramédicos habían ingresado a su cuarto, así, como muchas ocasiones le había tocado ver a través de internet.
Iban para llevarme, pero ahí mismo, en ese momento, decidí que no quería irme y que si tenía que morir lo haría a lado de familia, tenía miedo
Sin embargo, los peores días fueron pasando, el oxígeno suplementario lo iba necesitando cada vez menos, hasta que el doctor les comentó que el peligro había pasado.
En ese momento ves como tu vida se detiene y empiezas a valorar todo, ves todo con más amor y agradecimiento señaló.
Las secuelas quedaron, pues pese a que ya pasaron casi siete meses, aún siente agitación, o le baja la oxigenación al 90 0 92 por ciento, además de que le ha sido más difícil el poder controlar la diabetes.
RICARDO GONZÁLEZ, SOBREVIVIENTE.
Ricardo González, es otro sobreviviente de esta enfermedad, quien también sintió que el oxígeno ya no era suficiente para sus pulmones, momento en el que vio muy cerca la posibilidad de fallecer.
Fue el 6 de octubre que, comenzó a sentir los síntomas de un resfriado junto con su pareja, a la segunda semana, fue cuando comenzaron los problemas respiratorios que los llevó a la necesidad de recurrir al oxígeno suplementario ya que la oxigenación de la sangre les estaba marcando por debajo de los 89.
En ese instante, buscaron la atención médica a distancia, puesto que él padecía de diabetes, hipertensión y obesidad, lo cual no ayudaba para que pudiera salir vivo de esta enfermedad.
Durante la tercer semana, presentaron una dificultad aún mayor para respirar, por lo que se llegó a ver la posibilidad de acudir a un hospital, sin embargo, no accedió, pues sabía que si acudía lo iban a intubar, “me dio miedo morir”.
Durante toda esa semana, Ricardo y su pareja, estuvieron tendiendo delirios en las noches.
Duermes pero no duermes, no descansas por estar pensando lo mismo, cuando menos lo piensas ya pasó la noche, te levantas por la mañana y te levantas con la misma sensación de que a parte de que no dormiste te desgastaste al estar pensando lo mismo toda la noche mencionó.
Fue hasta la cuarta semana que su pareja logró salir, sin embargo, él no, pues tuvo complicaciones con la presión arterial, su frecuencia cardiaca era muy elevada.
El cardiólogo me dijo que prácticamente era un milagro que quedara vivo de esta enfermedad porque el 60 por ciento de las personas que fallecen son porque tienen exceso de peso corporal , agravado por la presión arterial y por la diabetes, yo cumplia con las tres para no haberme salvado expresó.
Por último, platicó que algunas secuelas que le quedaron a él y a su pareja fueron la taquicardia, se sofocan muy fácilmente y aunque ya hayan pasado más de dos meses, aún no pueden realizar algunos esfuerzos.
“Ya pasaron casi dos meses y yo la verdad no me siento todavía al cien por ciento, aún existe el miedo de volvernos a contagiar, por eso estamos tomando precauciones mi mujer, su hija y yo”, puntualizó.
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