Con 232 mil cápsulas o bombas de vida serán liberadas en un área de 200 mil hectáreas entre los municipios de Carichí y Bocoyna, proyecto al que están invitando a la ciudadanía a participar e ir a Carichí el 31 de julio y de manera pedestre hacer los recorridos para colocarlas. También se utilizarán avionetas para lanzarlas.
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El objetivo de “Neja Rakála”, que significa plantar semilla, es reforestar la sierra tarahumara donde los incendios arrasaron con la naturaleza semanas atrás. Cada cápsula contiene semillas de pino que están protegidas por arcilla.
La maestra y activista Karina Gómez, informó que Grupo La Norteñita, Conafor y la Secretaría de Desarrollo Rural, se sumaron a respaldar esta causa que busca resarcir los daños ocasionados por el fuego.
Mencionó que la salida será a las 8:00 horas del Polideportivo, con destino a Las Canoas, municipio de Carichí. Solicitan a los interesados reservar su lugar al (625) 133 1155. A los voluntarios se les ofrece transporte y un box lunch que contiene morral, cachucha, sándwich, bebida y galletas.
Sobre el lanzamiento de las cápsulas desde avionetas, el menonita Bradley Unger, expuso que llegarán a las áreas más difíciles, donde la gente no puede ir tan fácil a sembrarla. Volarán hasta mil pies de altura para dejar caer la semilla.
“En cuanto caen hasta podrán quebrarse pero las semillas estarán rodeadas con la tierra fértil y materia orgánica, conservando humedad, lo que ayudará al crecimiento”, mencionó.
Unger ideó el sobrevolar las zonas de los incendios forestales con avionetas fumigadoras, convenciendo a tres pilotos profesionales de hacerlo, lo que ayudó a mitigar el fuego en Carichí.
De dicha iniciativa surgió la idea de lanzar la semilla, por lo que comenzaron a asesorarse y determinaron que utilizarían la especie pino engelmannii. La idea inicial era fabricar 20 mil cápsulas, no obstante con el apoyo de Grupo La Norteñita y las instancias gubernamentales, el proyecto se maximizó y la meta son 232 mil que se prevé estén listas a finales de la próxima semana, con la colaboración de 85 personas.
Buscan cubrir 200 mil hectáreas en lo que será una acción prototipo que de funcionar se replicará.
La idea de involucrar a la comunidad es en parte concientizar sobre el daño provocado a la naturaleza y hacerle ver que con su ayuda se puede rescatar la sierra tarahumara.
Cada semilla tiene un tiempo de vida de 3 a 5 años, se estará monitoreando la evolución y se espera una primera evaluación de resultados el próximo año.