El milagro de la Estrella de Belén, que guio a los tres Reyes Magos hasta el lugar del nacimiento del Niño Dios en un humilde pesebre, ha sido explicada por científicos actuales como la rara triple conjunción de la Tierra con los planetas Júpiter y Saturno, mientras el Sol transitaba por la constelación de Piscis, que aparentaba ser una sola luz muy brillante que se posó sobre la escena del nacimiento de Jesús hasta donde llevaron oro, mirra e incienso.
De acuerdo con Johannes Kepler, astrónomo que expuso su teoría en el año de 1606, la conjunción se registró hace alrededor de 2010 años, próxima a cuando sitúan los historiadores el nacimiento de Jesús.
Los señores sabios, científicos de su tiempo que acudieron siguiendo la estrella de Belén eran Baltasar, de quien se estima tendría en ese tiempo entre 30 y 40 años de edad, de barba oscura, quien presentó ante el Niño Jesús un recipiente con mirra. Melchor, un joven de entre 20 y 25 años de edad, sin barba, obsequió incienso y Gaspar, el más longevo quien sumaba más de 50 años de vida, con cabello y barba canosos, presentó una canasta con oro.
El oro, reconociendo su estirpe de realeza divina, siendo un presente obsequiado a los reyes, Cristo es Rey del Universo. Gaspar, el joven honró a Jesús con incienso, como símbolo de su divinidad al ser reconocido como hijo de Dios. Y finalmente, Baltasar, le ofreció mirra, que significaba que el hijo del hombre debía morir. La mirra es una planta aromática que se colocaba en las honras fúnebres sobre los difuntos.
En la Biblia se mencionan en el Evangelio de Mateo, donde dice que nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes unos magos (hombres sabios) que venían del oriente preguntaron dónde había nacido el Rey de los judíos, pues iban a adorarle siguiendo su estrella de oriente.