La joven universitaria asesinada, Dana Lizeth Lozano, “era un ser humano que tenía talento y mucho que ofrecer en el futuro en este lodazal que llamamos vida”, dijo un maestro universitario, Ricardo Viguera, quien impartió clases de Mitología Griega a la adolescente de 18 años de edad.
El docente, calificó a la joven alumna como brillante, participativa y destacada, con don de gente; reprueba que la cataloguen negativamente por su estilo de vestir y de ser.
En su perfil de Facebook, el catedrático quien imparte cátedra en la Carrera de Literatura, señaló que “antes de que la maquinaria oficialista criminalice a la víctima y empiece a hacer su trabajo contra la memoria de mi alumna recién asesinada, de Dana Lizeth (que si fue un este o aquel, que por qué andaba sola de noche, que qué loquilla porque traía medio pelo de un color y medio de otro, etc.)”., que no la descalifiquen por su manera de vestir.
Dijo que “con más calma, si tal cosa cabe en estos momentos, quiero evocar a esta maravillosa chiquilla que fue mi alumna durante un par de semestres de sus cortos 18 años de vida”.
La catalogó como una persona brillante. Participativa en clase, con comentarios siempre inteligentes, una curiosidad infatigable, un sentido del humor que te contagiaba por su frescura e irreverencia. Era una de esas alumnas que te hacían fácil el trabajo, que le daban un sentido real a este oficio de ser profesor, más allá del pago quincenal.
Recordó que el miércoles pasado había prometido llevarle un libro, y se le olvidó, “pero le aseguré que el lunes se lo entregaba”. Ya no estará para recibirlo.
Era también la única persona de la clase que, siguiendo mi deseo expresado el primer día, me llamaba por mi nombre y me tuteaba.
Su presencia me hacía feliz y sus palabras eran como campanitas en mis oídos.
Era un ser humano que tenía talento y mucho que ofrecer en el futuro en este lodazal que llamamos vida, mencionó.
Sentenció que es momento de reclamar justicia.
Asimismo, agregó que “por supuesto, que nadie piense que afirmo que esta vida que nos ha sido arrebatada es más valiosa que otras que también fueron arrancadas de cuajo en este misógino desierto que muchos no quieren ver ni retratar”.
Puntualizó que “escribir no la traerá de vuelta, ni a ella ni a ninguna víctima, pero dejará un registro de nuestra barbarie, para las generaciones futuras”.
Quiero expresar mis más hondas condolencias a su familia y seres queridos.
Hasta siempre, Danita, fue bello, pero al final trágico coincidir contigo, puntualizó.