Desesperados, decenas de hombres y mujeres por no tener trabajo, se reúnen todos los días en plaza Félix U. Gómez para esperar “aparezcan” representantes de empresa fotovoltaica donde aplicaron para una vacante; los días pasan, ellos y ellas empobrecen cada vez más irremediablemente, aseguraron quienes esperan en el kiosko todas las mañanas.
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Ante la falta de un ingreso seguro, algunas de estas personas no tienen dinero ni para copias fotostáticas de sus documentos personales, peor aún, otros que encontraron una posibilidad en otra empresa buscan desesperados padrinos que les financien 100 pesos para tramitar constancia médica sobre su salud, requisito indispensable para lograr empleo en Samalayuca, donde opera otra empresa fotovoltaica.
Aunque el punto de reunión se satura paulatinamente, se observa que no todos portan cubrebocas y entre ellos no se guarda sana distancia, por lo cual se les preguntó si no tienen temor de contraer Covid-19… Sólo uno contestó: “Pues quién sabe qué sea mejor, si contraer el coronavirus, morir de hambre o hasta robar, no hay trabajo ni apoyo alimentario”.
La situación es desesperante, dijo la única mujer cerca de una docena de varones que compartían un cigarrillo, lo cual puede ser otro factor de contagio: “Ya lo que vaya a ser que truene”, dijo otro hombre maduro, quien aseguró después no haber vivido nunca algo similar, nunca había estado tanto tiempo sin trabajo y con tantas gana de comer tres veces al día, no cuiatro, ni cinco como recomiendan los doctores, ahorita me conformo con comer una vez y llevar algo a casa”.
Todos, alrededor de ocho, solicitaron al gobierno, la posibilidad de que los apoye con despensas y los ayude a conseguir el certificado médico para enrolarse a la fotovoltaica que opera en Samalayuca, porque la que se instalaría en Moctezuma donde aplicaron, no ha regresado desde marzo cuando solicitaron empleo.
Por otra parte, la demanda a personajes de la iniciativa privada de una despensa por parte de estos desempleados, de adultos mayores y madres solteras aumenta exponencialmente.
Familias beneficiadas con algo de víveres por parte de regidores priístas y empresarios ajenos a la política solicitan al Municipio algo de apoyo, mientras inicia la nueva normalidad y encuentran trabajo
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