Investigadores de la Universidad de Texas en El Paso (UTEP) han logrado avances significativos en el entendimiento de cómo los nanoplásticos y las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, como sustancias químicas permanentes, alteran la estructura y la función biomolecular.
El trabajo del equipo de investigadores de UTEP muestra que los compuestos pueden alterar las proteínas que se encuentran en la leche materna humana y en las fórmulas infantiles, lo que podría causar problemas de desarrollo en el futuro.
A través de una serie de estudios recientes, los investigadores han vinculado los nanoplásticos con numerosos efectos negativos para la salud.
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Si bien los nanoplásticos se originan principalmente como resultado de la degradación de materiales plásticos más grandes, como botellas de agua y envases de alimentos, los productos químicos permanentes se encuentran en diversos productos, como utensilios de cocina y ropa.
El equipo de investigación de la UTEP se centró en el impacto de los compuestos en tres proteínas fundamentales para el desarrollo y el funcionamiento humanos: beta-lactoglobulina, alfa-lactalbúmina y mioglobina.
Sus hallazgos, que proporcionan una perspectiva a nivel atómico de los efectos perjudiciales de los nanoplásticos y los PFAS en la salud humana, se describen en dos artículos recientes en el Journal of the American Chemical Society y ACS Applied Materials and Interfaces.
“Al comprender los mecanismos moleculares de cómo los nanoplásticos y los productos químicos permanentes alteran las funciones celulares, los científicos pueden desarrollar alternativas más seguras a estos materiales”, dijo Mahesh Narayan, Ph.D., profesor, miembro de la Royal Society of Chemistry y jefe de la División de Bioquímica del Departamento de Química y Bioquímica de UTEP, quien supervisó los dos estudios.
Narayan dijo que lo más importante es que su investigación reveló que los nanoplásticos y los PFAS “disolvieron” completamente una región de proteínas conocida como hélice alfa, convirtiéndolas en estructuras llamadas láminas beta.
“No esperábamos que todos tuvieran este mismo impacto en la hélice alfa, fue una completa coincidencia”, dijo Narayan.