El Paso.- Los salvaguardas de la ley ya anticiparon que se venía una ola de fraudes de todo tipo: estafas, chantajes y robos directos han sido durante mucho tiempo una característica de los grandes desastres, cuanto más catastrófico sea el evento, más activos serán los estafadores, informó el Buro federal de Investigación (FBI por sus siglas en inglés).
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A medida que Estados Unidos y el mundo lidian con la salud pública inmediata y las consecuencias económicas de la pandemia de coronavirus, simultáneamente ha surgido una crisis relacionada con una ola de delincuentes que buscan aprovecharse de un público ansioso.
La gran variedad de fraudes ya descubiertos es impactante, el FBI tiene información de ofertas de tratamientos falsos y vacunas, falsas oportunidades de inversión en compañías médicas inexistentes y llamadas de delincuentes que se hacen pasar por médicos que exigen el pago de los tratamientos.
Los estafadores se dirigen a sitios web y aplicaciones móviles diseñadas para rastrear la propagación de COVID-19 y las utilizan para implantar malware para robar datos financieros y personales.
Malware es un acrónimo del inglés de “malicious software”, traducido al español como código malicioso, los malwares son programas diseñados para infiltrarse en un sistema con el fin de dañar o robar datos e información
Los ladrones incluso se hacen pasar por autoridades sanitarias nacionales y mundiales, incluidos los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos y la Organización Mundial de la Salud (OMS), para realizar campañas de “phishing”.
El termino “phishing” es utilizado para referirse a uno de los métodos más utilizados por delincuentes cibernéticos para estafar y obtener información confidencial de forma fraudulenta como puede ser una contraseña o información detallada sobre tarjetas de crédito u otra información bancaria de la víctima.
Ahí envían correos electrónicos diseñados para engañar a los destinatarios ansiosos por obtener información de salud confiable para descargar código malicioso.
Quizás los delincuentes más escandalosos (y peligrosos) utilizan COVID-19 como un señuelo para desplegar ransomware, software malicioso diseñado para bloquear un sistema informático hasta que se pague un rescate.
La implementación de la Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica de Coronavirus por 2 billones de dólares, facilitará aún más oportunidades criminales, los estafadores de todo el mundo ya desarrollan métodos para robar el apoyo financiero crítico destinado a comunidades, empresas e individuos.
“Para el FBI es inaceptable. No podemos tolerar que los delincuentes se beneficien de una crisis sin precedentes y apunten a nuestra gente cuando están en su punto más vulnerable” comenta el comunicado de prensa.
A nivel nacional, el fiscal general ha ordenado a las fuerzas del orden federales que prioricen la detección, investigación y enjuiciamiento de todas las conductas criminales que buscan explotar los temores de las personas durante la pandemia.
En el Servicio Secreto de los Estados Unidos y el FBI trabajan con colegas del Departamento de Justicia para ejecutar esta directiva.
También se asocian con otras agencias federales y oficinas de abogados de los Estados Unidos, que han organizado equipos y líneas directas de prevención de fraude COVID-19 y colaboran con las oficinas de aplicación de la ley de las jurisdicciones estatales, locales y tribales para garantizar una unidad de esfuerzo en todos los niveles de gobierno.
El enfoque inmediato es interrumpir y disuadir la actividad delictiva que podría dificultar una respuesta efectiva a la pandemia, ayudar a las organizaciones vulnerables y recuperar el dinero robado de los estadounidenses.
A largo plazo, se trabajará con los socios policiales nacionales e internacionales para garantizar que quienes buscan explotar esta crisis se enfrenten a la justicia en los tribunales.
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