El abuso con el uso indiscriminado de agua potable de representantes ejidales de Colonia Seca ante el gobierno municipal y de sus respectivas familias, podría ser detonante de conflicto social, toda vez que ante flagrantes violaciones a las leyes estatal y federal impiden el líquido llegue a todas las familias de la comunidad.
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La Ley del Agua establece que en ejidos ninguna familia puede tener más de siete animales y menos sembradíos de cualquier naturaleza que utilicen demasiad o líquido y menos que sea agua potable para uso exclusivamente humano, pero en Colonia Seca, unas cuantas familias que se dicen muy poderosas tienen hasta 100 nogales en sus predios.
En Colonia Seca habitan entre 150 y 160 familias, de las cuales más del 50 por ciento, que viven en la periferia, no tienen suministro; en tanto los nogaleros tienen hasta nueve tomas en sus predios cuando la ley establece que es una toma de media pulgada por propiedad, además hacen sus propias perforaciones en flagrante violación a las leyes del agua.
Ente los que no respetan la ley y dejan sin el líquido a 80 familias aproximadamente figuran el comisario de Policía Alberto Torres y familiares, quienes además de vacas tienen sus propias nogaleras; también una servidora pública del actual gobierno. Ante el descontento de quienes no reciben líquido en su domicilio, estas personas iniciaron levantamiento de firmas entre incondicionales para intentar engañar a las autoridades municipales y de JMAS local.
El jueves representantes de familias afectadas se reunieron con el presidente municipal, Iván Rodelo Espejo, quien se comprometió a atender el problema y buscar intervención de Conagua y de la Junta Central de Agua y Saneamiento y JMAS-Ahumada.
Previamente las familias afectadas acudieron ante la JCAS, donde les indicaron que lo expuesto en relación a nogaleras y grandes hatos de ganado era ilegal, por lo que deberían buscar asesoría y apoyo del gobierno municipal local y Conagua.
Las familias que actúan al margen de la ley, según señalan los afectados, son alrededor de siete, que se cubren y ahora buscan enfrentamientos.
Los denunciantes aseguraron el viernes que temen violencia porque el comisariado ejidal Rosendo Gómez “se hace de la vista gorda”, y no interviene para buscar que autoridades municipales y estatales intervengan para aplicar la Ley del Agua.
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