Una muñeca rota, una computadora de juguete sin pilas y un carrito sin llantas, son los juguetes con los que Jocelyne, Angélica y Brayan pueden jugar para no aburrirse en casa, pues aunque no tengan tecnología de última generación, ellos están contentos de pasar la cuarentena en casa.
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En un pequeño cuarto de madera vive una humilde familia conformada por Ángel Ramírez, su esposa Belén Soriano, sus dos hijas Angélica y Alexandra, así como también sus dos nietos, Jocelyne y Brayan.
Esta familia habitante de la colonia Juanita Luna ha demostrado que pese a la falta de lujos, existen maneras de divertirse en familia y sobrellevar la problemática que rodea al mundo.
En ocasiones, para mitigar el aburrimiento que se pudiera generar estando en casa todo el día, ellos se divierten con algún juego de mesa o simplemente, toman un cuaderno, una pluma y conviven jugando “Basta”.
Ellos han entrado en cuarentena desde hace casi dos semanas, y aunque no ha sido fácil, han logrado hacerlo como familia.
“A veces que nosotros abrimos la puerta se quieren salir, pero yo no los dejo, los meto de volada, aunque pues aquí estamos prácticamente desprotegidos, es como estar afuera como quien dice, pero pues bueno, de algo ha de servir”, expresó el señor Ramírez.
Ramírez es chofer de Uber, pero debido a la contingencia, los viajes han bajado, regularmente realizaba de 30 a 35 por día, ahora, solo le salen de cinco a seis viajes, por ello, también pasa más tiempo en casa rodeado de su familia.
Platicó que en ocasiones se les hacen eternos los días, sin embargo, han tratado de verle el lado bueno a la situación, por lo que han aprovechado para realizar actividades juntos, en familia.
“A veces ellos se aburren y nosotros también, son niños, lo que quieren es andar afuera, hace dos semanas que llevan aquí todo el día en casa y yo a veces siento como si ya fueran tres o cuatro semanas”, dijo mientras reía.
“Pero poniéndonos positivos, hay maneras de sobrellevar esto, ya tenemos planes de encalar la casa, limpiar y hacer una actividad, nos ponemos a hacer de comer y nos damos cuenta que aquí también es una escuela”, agregó el esposo, padre y abuelo.
Asimismo, dijo que esta situación los ha hecho darse cuenta que no están solos, pues sus hermanos le han marcado para ver qué es lo que necesitan y algunos le han llevado hasta despensa.
“Como yo soy el que vive más humilde ahorita, pues ellos me marcan para ver qué necesitamos o cualquier cosa, creo que esta situación dentro de todo lo malo, también dejan sabernos algo bueno, aunque hay personas que ahorita no tienen nada”, señaló.
Mencionó que ya han estado poniendo en práctica las medidas de prevención más básicas, como el lavado de manos, la desinfección de muebles, así como también tratan de salir lo menos posible.
Ellos viven al día, por lo que no les ha sido posible comprar un poco de mandado para sobrellevar esta cuarentena, puesto que su alimento del día depende de los viajes que el señor Ramírez haga como Uber.
Belén Soriano comentó que su hija mayor, Alexandra, también se encontraba en casa pues hace dos días la habían descansado de la maquiladora, con derecho solo al 50 por ciento de su sueldo y sin saber qué vendría después.
"Estamos tratando de hacerle como se pueda, a veces uno se completa que unas papitas, una sopa, unos frijolitos, no importa qué, mientras podamos sentarnos a comer y ver algo en la mesa", señaló con una sonrisa.
Aunque la casa sea pequeña, desborda la felicidad dentro de ella, los nietos corriendo de una esquina a otra, entreteniéndose con cualquier cosa, jugando con los abuelos o comiendo una galleta, sin imaginar la problemática, simplemente disfrutando del tiempo con la familia.
Asimismo los padres observando las travesuras de sus hijos y nietos, riendo de ellas y valorando lo que realmente importa: la vida y el tiempo que pasan junto con sus seres queridos, tomando el lado bueno de esta cuarentena.
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