Chihuahua, Chih.- Llevan viajando desde el pasado 7 de diciembre y buscan llegar a la frontera, para entregarse, Elizabeth ha viajado embarazada al lado de su esposo y sus dos hijos de 6 y 9 años miles de kilómetros, su esposo Carlos Núñez quien dirige a la familia por su travesía, manifestó que para ellos es mejor viajar así, pues unirse a las caravanas es muy peligroso por las cosas que están pasando, además de que en esos grupos viaja todo tipo de gente.
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Zoyapa Elizabeth Ramos de 30 años y su esposo Carlos Núñez, han recorrido las fronteras y estados de al menos dos países y el suyo, acompañados de sus dos hijos de 6 años el menor y 9 la mayor, dijeron ser originarios de Honduras, quienes contaron que desde el pasado día 7 de diciembre, tras planear el viaje y reunir un poco de dinero salieron su país dejando todo lo que tenían, para buscar el sueño americano a falta de empleo y la violencia que se vive en su tierra.
Carlos Núñez, expreso que la situación en Honduras es muy difícil,” yo me dedicaba a la albañilería, pero está muy competido nos la estábamos viendo muy mal, ahora batallándole pero con toda la ilusión, quiero llegar hasta la frontera de Juárez, para ver si puedo entregar a mi esposa a las autoridades migratorias, pues está embarazada y entre más pasa el tiempo no quiero que le pase algo”.
“Tras salir de nuestra casa dejando atrás nuestras vidas, pasamos la frontera con Guatemala y después la de México, hemos viajado solos, pues creo que las caravanas para nosotros por llevar a mi mujer y mis hijos pequeños, son peligrosas, pues algunos amigos que se han aventurado, nos dicen que en ellas se trasladan todo tipo de gente, desde personas bien, pandilleros y otros que sabrá dios que habrán hecho”, dijo Carlos, mientras pensaban a donde acudirían para pedir un poco de comida.
Elizabeth, mientras jugaba un poco con su pequeño de 6 años, comento que recuerda haber pasado por Palenque, Salto de Agua, Macupana Tabasco, Villa Hermosa, villa Coatzacoalcos, la mayoría en tren, y finalmente de la ciudad de Torreón, partieron en el tren hasta llegar en la madrugada a esta ciudad, “de echo dormimos en un vagón del tren”, exclamo la migrante.
“Durante el viaje debió ver bien por donde avanzaríamos por que en otros estados si molestan a los migrantes, pero aunque chihuahua está muy lejos, nos han dicho que aquí la gente no se mete con los migrantes”, expreso el viajero, mientras pensaba en dos opciones para buscar algo de comida, una de ellas ir al centro de la ciudad y pedir ayuda a la gente, o bien acudir a la casa del migrante más cercana y recibir apoyo con comida y ropa.
Esta familia de migrantes, narro como en cada lugar por donde pasaban, tenían que buscar un poco de ayuda para alimentarse, ya que ahorraban el poco dinero que tenían para usarlo solo en caso de ser muy necesario, al preguntarles sobre cómo le hacían para trepar al tren con todo e hijos, Carlos menciono que trataban de colgarse cuando fuera más despacio y que incluso en muchas ocasiones los maquinistas, se portaban buena onda y paraban el armatoste, para que pudieran subir de manera segura con los niños.
“Primero tendremos que obtener un poco de dinero para poder comer, hoy todo el día, por que mañana pasa el tren que va a ciudad Juárez”, dijo para terminar la entrevista mientras levantaban sus pertenencias observándose notoriamente que cada integrante cargaba en su espalda una mochila y cobijas, para poder pernoctar donde los agarra la noche o bien en algún albergue.
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