Delicias- Este sábado 1º de mayo, Día del Trabajo, obreros y jornaleros agrícolas de la región recordaron la historia de Juan Arguijo, dirigente sindical campesino cuya desaparición hace más de 75 años sigue siendo un misterio y un hecho cuyos detalles escabrosos se llevaron a la tumba quienes conocían la verdad.
Es mucho lo que se ha especulado en torno a la desaparición de Arguijo, quien llegó a Delicias a mediados de la década de 1930, poco tiempo después de crearse el Distrito de Riego 005 y de fundarse la ciudad de “Los vencedores del desierto”.
En aquella época los propietarios de los ranchos empleaban a numerosos trabajadores, quienes recibían bajos salarios en remuneración por sus jornadas extenuantes, ignorantes de sus derechos laborales, refiere Elba Leticia Pérez Hinojosa en su crónica “Una muerte inesperada”.
Fue en este contexto que la figura de Juan Arguijo, originario de la Comarca Lagunera y quien había participado en el reparto agrario de aquella zona, cobró relevancia al convertirse en líder nato de los jornaleros agrícolas, a quienes organizó en el Sindicato Único de Trabajadores del Sistema de Riego 05.
Arguijo era recordado como un líder combativo y agitador. Fue uno de los primeros dirigentes locales de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en la región de Delicias, motivo por el cual casi ninguno de los agricultores del distrito le daba empleo.
Solamente don Ricardo Herrera Zapata, dueño del rancho El Socorro y también originario de La Laguna, lo empleaba como regador de sus campos de cultivo, afirma Miguel Herrera Golarte, uno de sus nietos, quien recuerda con sorna que Arguijo era muy mal trabajador porque se quedaba dormido.
“Era un líder muy bravo. Cada rato hacía manifestaciones por la calle sexta y daban vuelta por la tercera. ¡Lo siguieron todos los obreros!”, narró en alguna ocasión don Agustín Quiñónez, expresidente municipal de Delicias.
Fueron 70 los emplazamientos de huelga en diversos ranchos promovidos por Arguijo. Consecuencia de esto fue que los patrones empezaron a celebrar contratos colectivos con los campesinos, quienes exigían jornadas de trabajo de ocho horas, aumentos salariales, asistencia médica, educación y descanso semanal.
Los logros de la organización inspiraron la formación de otros sindicatos que agrupaban a trabajadores de distintos oficios. El 18 de julio de 1937 se constituyó legalmente la Federación Regional de Obreros y Campesinos, afiliada a la CTM y de la que Juan Arguijo fue Secretario del Trabajo y de Conflictos. Esto “pisó muchos callos” entre los poderosos que controlaban la economía local.
En su crónica, Elba Pérez destaca que era tal el prestigio de Juan Arguijo que lo nombraron en 1944 candidato suplente a la diputación junto con Alfredo Chávez Vázquez, candidato propietario e hijo del exgobernador del estado Alfredo Chávez Amprarán.
Pero fue una noche del año 1945 cuando ocurrió la desaparición del líder. Las versiones son diversas: hay quien dice que recibió un telegrama falso donde lo urgían a ir a la Ciudad de México para tratar un asunto del sindicato, pero al detenerse el tren en la estación de La Cruz fue bajado a la fuerza por pistoleros a sueldo, quienes lo habrían obligado a cavar su propia tumba.
Otras personas aseguraban que fue privado de la libertad en una calle de Delicias por un grupo de matones, presumiblemente en represalia por organizar a los jornaleros agrícolas.
También se cuenta la leyenda urbana de que el cadáver de Arguijo fue enterrado en la antigua comisaría y que a la fecha sigue allí, en espera de ser exhumado. Pero lo cierto es que nadie volvió a verlo “ni vivo ni muerto”, y que su desaparición desmoralizó a los trabajadores del campo para continuar defendiendo sus derechos.