Día a día, el albergue del monumento a Benito Juárez da cabida a cientos de personas en situación de calle que acuden en busca de un techo, una cobija, algo de alimento caliente y un lugar para dormir durante la temporada invernal, las 24 horas.
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Hombres y mujeres de diferentes edades, entran y salen constantemente del inmueble, que se encuentra ubicado en plena zona centro, quienes además reciben ayuda de organizaciones cristianas que los visitan cada fin de semana para llevarles alimento, como champurrado y tamales.
En entrevista, el paramédico González Salcedo habló un poco del trabajo que realizan a diario en este albergue, donde se permite la entrada a cualquier persona, siempre y cuando no se presente alcoholizada o bajo el influjo de alguna droga.
El albergue abre sus puertas desde las 7:00 de la tarde y a las 6:00 de la mañana se permite la salida de los indigentes para proceder a la limpieza del lugar, pero en días cuando se presentan emergencias climáticas como la del pasado miércoles, se les da oportunidad para que permanezcan al interior.
Por su parte, se les entrega un plato de sopa caliente y un vaso de café durante la noche, pero en el día, personal del Centro Comunitario El Barreal y su comedor se encargan de brindarles almuerzo y comida, en un horario de 8:00 a 10:00 de la mañana y 12:00 a 2:00 de la tarde.
El comedor fue acondicionado en un área al interior del mismo albergue y toda persona que lo necesite puede acudir en ese horario a pedir algo que comer de forma gratuita.
"Normalmente nosotros los levantamos a las 6:00 de la mañana y ellos salen a las 6:30, para comenzar a limpiar a las 7:00 de la mañana, aunque no lo crea ellos ya traen su rol de actividades diario y siempre regresan por la noche", dijo el paramédico.
Refiere que, en ocasiones, cuando falta alguno de ellos, los mismos compañeros les dicen dónde lo vieron o si se está quedando en otro lado, ya que entre todos se conocen y saben los lugares que frecuentan, así como dónde llegan a dormir.
Además, a todo aquel que guste se le calienta agua para que se pueda dar un baño, dado a que por su condición de calle en su mayoría duran hasta meses sin asearse y al estar juntos en un lugar cerrado los olores se vuelven insoportables.
Indicó que también han recibido a personas que sufren de sus facultades mentales e inclusive a migrantes provenientes de otros países, pero en estos casos, los extranjeros sólo se quedan uno o dos días y luego ya no regresan.
Tan sólo durante el miércoles, el albergue dio cabida a 100 indigentes, 15 de ellos mujeres, a los que se les da una colchoneta y una cobija para dormir, así como alimento si es que lo necesitan.
Aunque se han presentado algunas discusiones o peleas por cobijas o la comida, indicó que gracias a Dios nunca ha pasado a mayores y no se han registrado riñas, dado que cuando son muy problemáticos se les restringe el acceso y ellos lo saben.
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