Ciudad Juárez, Chihuahua.- Cubanos que habían decidido permanecer en la frontera de Ciudad Juárez tras haber encontrado estabilidad económica, decidieron cruzar de manera ilegal a los Estados Unidos después de quedarse sin trabajo durante la contingencia sanitaria.
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“Yo estuve a punto de brincarme como todos mis compañero cubanos, fueron meses muy difíciles, muchos no encontraron la puerta y se fueron, de hecho la mayoría logró irse para allá, los que quedan aquí son los nuevos que vienen llegando”, expresó Agustín Duvergel, cubano quien llegó hace más de un año a la frontera.
Fue en septiembre de 2019 que Agustín de 49 años llegó a Ciudad Juárez con la intención de cruzar a los Estados Unidos en busca del sueño americano, al ver sus planes estropeados por las autoridades norteamericanas y de haber estado detenido más de 30 días en el vecino país, fue devuelto a Juárez donde con una innovadora idea, decidió emprender.
Un puesto de frituras de maíz, fue lo que este hombre, originario de La Habana decidió ofrecer a los juarenses y así, lograr solventar los gastos de su estadía mientras pedía su asilo político.
Gracias a la buena aceptación de sus “elotes cubanos” como los pedía y conocía la gente, Agustín decidió quedarse en frontera y buscar una mejor posibilidad de negocio para su propuesta gastronómica, las cual en meses se esparció por toda la zona Centro.
Sin embargo, sus sueños comenzaban a verse de nuevo opacados cuando la pandemia por Covid-19 llegó a la frontera con el primer caso positivo, desde ahí, trabajaron con incertidumbre a que pasara lo que para ellos no estaban preparados, el cierre de negocios y el aislamiento social.
Fue muy duro, nosotros somos migrantes y dependíamos de lo que a diario sacabamos aquí, tuvimos que quedarnos en casa nada más mirando, desesperados por no poder hacer nada, sin dinero y pagando, porque para la renta y gastos la pandemia no existe expresó.
Comentó que a finales de febrero de 2020 fue cuando les prohibieron salir con sus puestos de frituras, después, cuando el semáforo cambió a color amarillo en el estado de Chihuahua, pudieron volver a salir, aunque esto no duró mucho, pues argumentó que solo fueron dos semanas.
Platicó que la manera en que lograron subsistir durante este tiempo, fue gracias a las despensas que recibían de diversas agrupaciones evangélicas, quienes siempre estuvieron pendiente de llevarles aunque fuera lo más básico, además de la ayuda que algunos familiares que vivían en Estados Unidos les estaban mandando, sin embargo, esto no fue suficiente para algunos cubanos, quienes decidieron mejor buscar la forma de irse y continuar en busca del sueño americano.
“Fue muy duro, muy duro lo de la pandemia, nos golpeó pero bastante, muy fuerte, estos meses no había sueño”, señaló.
“En esos momentos pensábamos tirarnos a Estados Unidos, desaparecer, la mayoría sí lo hizo, aquí quedan muy pocos, la mayoría de los que quedan van llegando, nuevos. La mayoría logró cruzar ilegalmente, como quiera tuvieron que hacerlo”, agregó.
Pese a las dificultades que esta pandemia trajo, Agustín no desistió y decidió quedarse para poder continuar con los trámites para obtener su residencia mexicana y con el sueño de seguir llevando su “elotes cubanos” a decenas de personas.
“La gente pasa y me pregunta qué de qué forma pueden ayudarme y yo solo les digo que comprando, no hay mejor forma de ayudar”, agregó.
La esperanza que Agustín tiene ahora, ante la llegada de un nuevo presidente a los Estados Unidos, es poder tramitar su Visa Láser y poder salir y entrar del vecino país cuando él lo requiera.“Ahora que todo ha vuelto a mejorar, mi intención es quedarme, quisiera ser libre como los que entran y salen, quisiera tener un papel que me permita hacerlo, pero aún no sé cómo sería, no pierdo la esperanza de conocerlo. Lo que sí, es que quiero quedarme, la gente es muy buena y me ha tratado muy bien aquí en Ciudad Juárez ”, recalcó.
Los planes a futuro de Agustín, son poder abrir un negocio fijo y además, poner una escuela de baile ya que en cuba era profesor de Cultura Física y Deporte, “ya tengo el local, apenas y pongan el semáforo verde, estaré dando clases ya”.
Por último, comentó que se han ido recuperando poco a poco, pues la gente ha vuelto en busca de los famosos “elotes y tamales cubanos”, lo que también ha servido como fuente de trabajo para los nuevos hermanos cubanos que van llegando a la frontera, mismo que van en busca de cruzar la línea divisoria y cumplir el sueño americano.
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