Abraham Siemens, uno de los organizadores del Festival de la Calabaza habla en torno a esta peculiar competencia que ha cobrado auge tanto en los asistentes como en los productores de calabazas, que año con año se esmeran para lograr cosechar estos enormes productos que han llegado a pesar hasta 800 kilogramos.
Este año se expusieron 9 calabazas gigantes, de las cuales dos lograron llevarse el primero y segundo lugar, una de 460 kilogramos, producida por Franz Peters y otra que logró pesar 362 kilos 500 gramos, perteneciente a Susy Peters, mientras que las demás oscilaban entre los 250 y 300 kilos, aunque también recibieron un reconocimiento.
Explicó que tales dimensiones se obtienen de la utilización de semillas especiales provenientes de Estados Unidos y Canadá, aunque influye en gran manera el cuidado, agua y clima en el que se siembren estas cucurbitáceas.
Dicha competencia se realizó en conjunto con la organización The Great Pumpkin Commonwealth, la cual estableció algunos requisitos para que las calabazas ganadoras sean inscritas en el libro de récords Guinness.
Siemens agradeció la participación de más 200 voluntarios de la comunidad menonita que aportaron su tiempo, esfuerzo y mano de obra para la elaboración de productos a base calabaza, principalmente platillos y repostería, los cuales fueron del agrado de los asistentes a esta edición del festival y con los cuales se obtuvieron suficientes fondos para seguir apoyando a instituciones de beneficencia de Cuauhtémoc y el Corredor Comercial.