/ lunes 5 de noviembre de 2018

Consulta, no quita responsabilidad al nuevo gobierno

Entrevista a Cuauhtémoc Cárdenas

Chihuahua, Chih.- “El resultado de la consulta que se hizo, como quiera que se haya aplicado, no le quita la responsabilidad de la decisión que se tome al nuevo gobierno, ya que independientemente de cómo se haya tomado, la responsabilidad de esta recae en el nuevo gobierno, y las consecuencias las tendrán que asumir ellos, para bien o para mal”, declaró Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, respecto a la decisión tomada por el presidente electo Andrés Manuel López Obrador de cancelar la construcción del NAICM en Texcoco, y comenzar a trabajar en la base aérea de Santa Lucía.

En entrevista, con ocasión de su participación en la clausura de la Feria del Libro de Chihuahua, el destacado politólogo y fundador del Partido de la Revolución Democrática, pionero de la oposición política en la vida nacional, aseguró también que el nuevo gobierno debe “aceptar la crítica real y positiva, y en caso de ser necesario rectificar de sus decisiones”.

Así mismo, contrario a lo que en su momento fue dado a conocer por diversos medios de comunicación, aclaró que el presidente electo nunca le ofreció dirigir Pemex: “Nunca dije eso y nunca me ofrecieron nada. Fui a verlo el martes siguiente a la elección, simplemente a saludarlo y a felicitarlo, acompañado de mis dos hijos. Estaríamos una media hora con él, hablando de que nos congratulábamos del resultado electoral, y no hubo tiempo para más cosas”.

Respecto al anuncio de López Obrador acerca de no derogar la reforma energética, aclaró que no ha sido motivo de una ruptura, y que la relación actual entre ambos es positiva: “simplemente tenemos un punto de vista distinto sobre una cuestión muy particular, pero no quiere decir que haya algún problema o controversia entre nosotros”.

Al hablar de Morena, partido que luego del primero de julio tiene el control de la presidencia, mayoría en ambas cámaras del Congreso de la Unión, y en 19 de 26 congresos locales que fueron renovados, consideró que es “demasiado pronto” para llamarlo “el nuevo partido hegemónico”.

Luego del triunfo de Andrés Manuel López Obrador, tuvo lugar una reunión en la que luego se dijo que el presidente electo “le había ofrecido dirigir Pemex”, lo que rechazó porque como ha dicho, ya no desea aspirar a cargos públicos.

“Nunca dije eso y nunca me ofrecieron nada. Fui a verlo el martes siguiente a la elección, simplemente a saludarlo y a felicitarlo, acompañado de mis dos hijos, estaríamos una media hora con él, hablando de que nos congratulábamos del resultado electoral, y no hubo tiempo para más cosas”.

¿El anuncio de que no revertirá la Reforma Energética no ha causado un distanciamiento entre ambos? Ya que usted ha sido muy crítico en este aspecto, incluso dijo durante las campañas que su voto sería para quien prometiera darle marcha atrás.

No, simplemente tenemos un punto de vista distinto sobre una cuestión muy particular, pero no quiere decir que haya algún problema o controversia entre nosotros. Desde entonces no lo he visto pero es una buena relación.

¿No le ha hecho alguna observación, algún consejo?

No, no le doy consejos ni a mis hijos, fíjese.

Usted fue uno de los fundadores del Partido de Revolución Democrática (PRD) en 1989, con la intención de “abrir” el sistema de partidos mexicano a un verdadero ejercicio democrático, en una época donde se tenía al partido hegemónico en el poder, controlando la amplia mayoría de los ámbitos y escenarios del quehacer político. ¿No cree que luego del primero de julio tenemos un nuevo partido hegemónico que tiene la presidencia, mayoría en ambas cámaras, y en 19 de 26 congresos locales que fueron renovados?

En un sentido sí pero en otro no, no es hegemónico sino por el voto ciudadano, no hegemónico como en otros momentos sería el PRI porque no había en realidad un juego electoral, por la imposición que se daba en la mayor parte de los casos, aunque hay que decirlo, no en todos, que se imponían los principales cargos de elección, pero hoy hay una enorme diferencia cualitativa.
Me parece que es muy pronto para calificarlo así, hay que darnos tiempo antes de hacer juicios definitivos.

Cuando se fundó el PRD, otro de sus objetivos fue servir como una auténtica oposición al poder dominante. Con eso en mente, ¿qué tiene que pasar para consolidar hoy una verdadera oposición a la nueva fuerza política mayoritaria?

Me parece muy absurdo pensar que hay que ser oposición por la oposición misma. Hay que ser críticos, si se quiere, pero racionalmente, sabiendo reconocer los avances, retrocesos y obstáculos, sin que eso signifique aplaudir o contradecir en todos los casos, pero me parece que no se puede ser oposición por sólo oponerse, o ser gobierno sólo por estar en el poder.

En ese sentido, el PAN es el partido que queda en segundo lugar después de Morena. ¿Cree que ellos pueden convertirse en una oposición fundada precisamente en la racionalidad?

Lo vamos a ver, no podemos adelantarnos al futuro. Yo nunca he estado dentro del PAN, por ello no podría decir qué piensan hacer ni sus dirigentes ni sus militantes.

Si las circunstancias lo demandaran, ¿dónde estaría militando Cuauhtémoc Cárdenas en este momento?

En ningún partido, porque así me siento con más libertad para hacer y decir cosas asumiendo mi responsabilidad individual, sin tener que asumir una responsabilidad colectiva. Esto no quiere decir que no coincida con mucha gente que está dentro y fuera de los partidos, o que no pueda trabajar de manera individual en lo que considere necesario.

¿Cuál es el futuro de la izquierda en México? ¿Nos acercamos al bipartidismo como funciona en Estados Unidos u otros países donde no existe centro y sólo hay izquierda y derecha?

Hay muchas izquierdas y muchas derechas. Hay izquierdas que son y que no son electorales, y lo mismo las derechas. Pretender que haya una sola derecha o una sola izquierda es absurdo en cualquier parte del mundo. No sé qué vaya a suceder con la vida partidaria en el país, cómo se vaya a organizar la gente. Tendremos que verlo conforme pase el tiempo.

Aparte de la oposición partidista, ¿también debe acotarse el poder político mediante una crítica fundada en la objetividad…?

Eso debe o debiera darse, y ante ello la respuesta del gobierno debe ser también en función de aceptar la crítica real y positiva, y en caso de ser necesario rectificar.

¿Con el nuevo gobierno hay riesgo de que se pierda el espíritu crítico en la ciudadanía? Por el nivel de legitimidad con el que llegan al poder.

No veo por qué perderlo. Tenemos el caso del aeropuerto, donde ha habido posiciones totalmente contrarias en todos los sentidos. Falta ver qué sucede al final de cuentas.

Hablando del aeropuerto, usted como coordinador de asuntos internacionales del gobierno en la Ciudad de México, consciente de la importancia de presentar un entorno favorable a la inversión extranjera, ¿qué le pareció la decisión del nuevo gobierno de cancelar el NAICM? ¿Siente que envía un mal mensaje a los mercados internacionales?

No soy experto en trayectorias aéreas, tampoco en finanzas. Hasta no conocer cuáles son a fondo las implicaciones de hacer el aeropuerto en un lado o en otro, no creo que se pueda dar una opinión informada.

Es muy criticada la manera en que se aplicó la consulta, porque al final de cuentas hay maneras de hacer democracia. ¿Considera que fue un ejercicio verdaderamente ético y democrático?

Bueno, no hay nada que se oponga a que yo le pregunte a usted si le gusta que venga con corbata o sin corbata, usted puede responder sí o no. Nada nos impide pedir la opinión de la ciudadanía, y en ese sentido no veo nada indebido. Ahora bien, el resultado de la consulta que hizo, como quiera que haya sido, no quita la responsabilidad que se tome por parte del nuevo gobierno, independientemente de cómo se haya tomado la decisión, la responsabilidad de esta está en el nuevo gobierno, y las consecuencias las tendrán que asumir ellos, para bien o para mal, al igual que en todas las obras que se hagan con recursos o por decisiones oficiales.

¿La ciudadanía está preparada para el nivel de democracia que quiere fomentar el nuevo gobierno? El vincular al pueblo con una mayor toma de decisiones respecto a los proyectos de infraestructura importantes, y cuestiones como el presupuesto.

Para tomar una decisión lo que se requiere es información suficiente, si no estamos suficientemente informados, no podremos dar una respuesta adecuada, cualquiera que sea el tema. Habrá quienes digan, ‘yo no sé de ciencias espaciales, no tengo los conocimientos, que decidan quienes saben de esas cosas’”.

¿De qué debería cuidarse el nuevo gobierno, en qué errores no debería incurrir?

Eso ya es cuestión de hablar con el nuevo gobierno, yo no soy quién para decir qué se tiene que hacer o qué no se tiene que hacer. Hay muchas ofertas de campaña, vamos a ver cómo se van cumpliendo, cómo no se van cumpliendo, no hay que comer ansias, vamos a esperar por lo menos al primero de diciembre.

¿Cuáles deben ser los principales focos a atender en el próximo sexenio?

Fundamentalmente hay que cambiar el modelo de desarrollo. No podemos seguir con un esquema de desarrollo donde prevalezca la exclusión social, la atonía económica, que no haya crecimiento económico, donde el combate a la inseguridad, la violencia y la delincuencia sea insuficiente, que haya cada vez mayor desigualdad, como hemos visto en estos años. Este no puede ser un gobierno que no combata la corrupción, la impunidad, que no haga respetar y cumpla el Estado de derecho de manera plena.

Desde hace varios años, el ahora presidente electo comenzó a construir una plataforma que retoma a las principales figuras que han “transformado” la vida política y económica del país, siendo una de ella su padre Lázaro Cárdenas, sin embargo, ¿no siente que se está “divinizando” a estas figuras históricas?

Yo creo que pretender ser el Benito Juárez de 1850 en esta época sería absurdo, al igual que querer ser un Lázaro Cárdenas de 1934. No se pude repetir nada mecánicamente. Uno puede tener admiración y expresar su reconocimiento por lo que se haya hecho en otras épocas, pero no quiere decir que se esté divinizando ni nada parecido, simplemente se reconoce a figuras históricas, como mucho colocan en un bando u otro según interpretan la historia. Hay quienes dicen que la Independencia la hacen Hidalgo y Morelos, hay quienes dicen que sólo fue Iturbide.

¿Qué opinión le merece el trato mediático que el presidente electo le está otorgando a su padre?

Mi padre fue un protagonista de los cambios que se sufrieron en los años treinta y cuarenta, evidentemente. Tomó muchas decisiones importantes durante su periodo presidencial, de lo que sucedió a partir del primero de diciembre de 1940, las responsabilidades principales fueron de otros.

Hay quienes afirman que la decisión de expropiar el petróleo obedeció a un espíritu estatista…

Obedeció a la decisión de poner orden cuando las compañías petroleras se rebelaron ante un fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuando no acataron el fallo del gobierno o se doblaba ante las compañías, o hacía valer la ley, y fue lo único que sucedió. No se había previsto antes la expropiación, no estaba contemplada en el programa de gobierno transexenal, se dieron las circunstancias y en ese momento se consideró que el paso que debía darse era la expropiación de las compañías petroleras, que habían tenido muchas fallas y posiblemente muchos aciertos.

¿Fue entonces más una decisión que obedecía a la soberanía nacional?

Así es, y con el objetivo de hacer valer lo que mandata la constitución.

Usted no ha ocultado su crítica a la reforma energética de Enrique Peña Nieto. ¿A qué obedece su postura?

Primero, a que le quitó al Estado mexicano toda posibilidad de regular la forma de aprovechar los recursos del subsuelo, principalmente el petróleo. Por otro lado, a que es necesario darle un profundo cambio a la política petrolera, creo que esto es indispensable más allá de cuándo o cómo se reviertan las reformas constitucionales, hay que cambiar la política petrolera para que resulte más útil al país.

¿Cómo hacerlo?

Habría que invertir más en exploración, y esto no es estar a favor o en contra de nadie, sino para tener certeza de que hay recursos, no sólo para seis años sino para las próximas décadas, y que ello redunda en las previsiones que se elaboren respecto a la extracción. Hay que pensar, por ejemplo, en que en vez de estar exportando petróleo crudo, se exportaran y produjeran productos petroquímicos, que tiene mayor valor agregado, que dejan empleo en el país, que permiten desarrollos regionales, etcétera. Son cambios que no están en contra de nadie y sí están a favor del país.

Luego de darse a conocer que los tres países norteamericanos habían llegado a un acuerdo en la renegociación del TLCAN, ahora renombrado como T-MEC, usted calificó el resultado como una “descarada cesión de soberanía”

Me parece que en el todavía vigente TLCAN, el acuerdo firmado en 1994, México excluyó el petróleo, es un gran error incluirlo en este nuevo acuerdo, cuando ya estaba fuera, porque esto limita la capacidad del Estado mexicano para tomar decisiones respecto a cómo aprovechar el petróleo, me parce que eso no debió haberse admitido, ¿si ya estaba fuera para qué lo meten? Todavía no lo ratifica el Senado, yo espero que no lo hagan y lleven a cabo las modificaciones, puedan rescatar por lo menos el manejo de los hidrocarburos.

¿Qué otros elementos le parecen desfavorables del nuevo tratado?

Bueno, que le da un mismo tratamiento a todos los productos farmacéuticos que tienen origen en células vivas, me parece un error porque, por poner un solo ejemplo, podría impedir que los productos que se obtienen de las abejas puedan producirse en México y tengamos que estarlos importando.

La mesa panel en la que participará hoy (ayer) lleva por nombre “El México que Queremos”. ¿Cuál es el México que quiere Cuauhtémoc Cárdenas y qué tan cerca o lejos estamos de conseguirlo?

Yo quiero un México soberano, en el que podamos decidir cómo conducir al país, en función de las decisiones democráticas de la gente, y que esto quiera decir elevar de manera continua el nivel de vida de la población, que podamos aprovechar nuestros recursos naturales y nuestras ventajas, el recurso humano y los recursos naturales. Para ello, requerimos una participación activa de todos los sectores de la sociedad, y en función de lo que cada sector cree que debe hacer, y ante todo debe cambiar el modelo de desarrollo, no podemos continuar con un modelo en el que se toman decisiones que no son a favor de México.

Chihuahua, Chih.- “El resultado de la consulta que se hizo, como quiera que se haya aplicado, no le quita la responsabilidad de la decisión que se tome al nuevo gobierno, ya que independientemente de cómo se haya tomado, la responsabilidad de esta recae en el nuevo gobierno, y las consecuencias las tendrán que asumir ellos, para bien o para mal”, declaró Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, respecto a la decisión tomada por el presidente electo Andrés Manuel López Obrador de cancelar la construcción del NAICM en Texcoco, y comenzar a trabajar en la base aérea de Santa Lucía.

En entrevista, con ocasión de su participación en la clausura de la Feria del Libro de Chihuahua, el destacado politólogo y fundador del Partido de la Revolución Democrática, pionero de la oposición política en la vida nacional, aseguró también que el nuevo gobierno debe “aceptar la crítica real y positiva, y en caso de ser necesario rectificar de sus decisiones”.

Así mismo, contrario a lo que en su momento fue dado a conocer por diversos medios de comunicación, aclaró que el presidente electo nunca le ofreció dirigir Pemex: “Nunca dije eso y nunca me ofrecieron nada. Fui a verlo el martes siguiente a la elección, simplemente a saludarlo y a felicitarlo, acompañado de mis dos hijos. Estaríamos una media hora con él, hablando de que nos congratulábamos del resultado electoral, y no hubo tiempo para más cosas”.

Respecto al anuncio de López Obrador acerca de no derogar la reforma energética, aclaró que no ha sido motivo de una ruptura, y que la relación actual entre ambos es positiva: “simplemente tenemos un punto de vista distinto sobre una cuestión muy particular, pero no quiere decir que haya algún problema o controversia entre nosotros”.

Al hablar de Morena, partido que luego del primero de julio tiene el control de la presidencia, mayoría en ambas cámaras del Congreso de la Unión, y en 19 de 26 congresos locales que fueron renovados, consideró que es “demasiado pronto” para llamarlo “el nuevo partido hegemónico”.

Luego del triunfo de Andrés Manuel López Obrador, tuvo lugar una reunión en la que luego se dijo que el presidente electo “le había ofrecido dirigir Pemex”, lo que rechazó porque como ha dicho, ya no desea aspirar a cargos públicos.

“Nunca dije eso y nunca me ofrecieron nada. Fui a verlo el martes siguiente a la elección, simplemente a saludarlo y a felicitarlo, acompañado de mis dos hijos, estaríamos una media hora con él, hablando de que nos congratulábamos del resultado electoral, y no hubo tiempo para más cosas”.

¿El anuncio de que no revertirá la Reforma Energética no ha causado un distanciamiento entre ambos? Ya que usted ha sido muy crítico en este aspecto, incluso dijo durante las campañas que su voto sería para quien prometiera darle marcha atrás.

No, simplemente tenemos un punto de vista distinto sobre una cuestión muy particular, pero no quiere decir que haya algún problema o controversia entre nosotros. Desde entonces no lo he visto pero es una buena relación.

¿No le ha hecho alguna observación, algún consejo?

No, no le doy consejos ni a mis hijos, fíjese.

Usted fue uno de los fundadores del Partido de Revolución Democrática (PRD) en 1989, con la intención de “abrir” el sistema de partidos mexicano a un verdadero ejercicio democrático, en una época donde se tenía al partido hegemónico en el poder, controlando la amplia mayoría de los ámbitos y escenarios del quehacer político. ¿No cree que luego del primero de julio tenemos un nuevo partido hegemónico que tiene la presidencia, mayoría en ambas cámaras, y en 19 de 26 congresos locales que fueron renovados?

En un sentido sí pero en otro no, no es hegemónico sino por el voto ciudadano, no hegemónico como en otros momentos sería el PRI porque no había en realidad un juego electoral, por la imposición que se daba en la mayor parte de los casos, aunque hay que decirlo, no en todos, que se imponían los principales cargos de elección, pero hoy hay una enorme diferencia cualitativa.
Me parece que es muy pronto para calificarlo así, hay que darnos tiempo antes de hacer juicios definitivos.

Cuando se fundó el PRD, otro de sus objetivos fue servir como una auténtica oposición al poder dominante. Con eso en mente, ¿qué tiene que pasar para consolidar hoy una verdadera oposición a la nueva fuerza política mayoritaria?

Me parece muy absurdo pensar que hay que ser oposición por la oposición misma. Hay que ser críticos, si se quiere, pero racionalmente, sabiendo reconocer los avances, retrocesos y obstáculos, sin que eso signifique aplaudir o contradecir en todos los casos, pero me parece que no se puede ser oposición por sólo oponerse, o ser gobierno sólo por estar en el poder.

En ese sentido, el PAN es el partido que queda en segundo lugar después de Morena. ¿Cree que ellos pueden convertirse en una oposición fundada precisamente en la racionalidad?

Lo vamos a ver, no podemos adelantarnos al futuro. Yo nunca he estado dentro del PAN, por ello no podría decir qué piensan hacer ni sus dirigentes ni sus militantes.

Si las circunstancias lo demandaran, ¿dónde estaría militando Cuauhtémoc Cárdenas en este momento?

En ningún partido, porque así me siento con más libertad para hacer y decir cosas asumiendo mi responsabilidad individual, sin tener que asumir una responsabilidad colectiva. Esto no quiere decir que no coincida con mucha gente que está dentro y fuera de los partidos, o que no pueda trabajar de manera individual en lo que considere necesario.

¿Cuál es el futuro de la izquierda en México? ¿Nos acercamos al bipartidismo como funciona en Estados Unidos u otros países donde no existe centro y sólo hay izquierda y derecha?

Hay muchas izquierdas y muchas derechas. Hay izquierdas que son y que no son electorales, y lo mismo las derechas. Pretender que haya una sola derecha o una sola izquierda es absurdo en cualquier parte del mundo. No sé qué vaya a suceder con la vida partidaria en el país, cómo se vaya a organizar la gente. Tendremos que verlo conforme pase el tiempo.

Aparte de la oposición partidista, ¿también debe acotarse el poder político mediante una crítica fundada en la objetividad…?

Eso debe o debiera darse, y ante ello la respuesta del gobierno debe ser también en función de aceptar la crítica real y positiva, y en caso de ser necesario rectificar.

¿Con el nuevo gobierno hay riesgo de que se pierda el espíritu crítico en la ciudadanía? Por el nivel de legitimidad con el que llegan al poder.

No veo por qué perderlo. Tenemos el caso del aeropuerto, donde ha habido posiciones totalmente contrarias en todos los sentidos. Falta ver qué sucede al final de cuentas.

Hablando del aeropuerto, usted como coordinador de asuntos internacionales del gobierno en la Ciudad de México, consciente de la importancia de presentar un entorno favorable a la inversión extranjera, ¿qué le pareció la decisión del nuevo gobierno de cancelar el NAICM? ¿Siente que envía un mal mensaje a los mercados internacionales?

No soy experto en trayectorias aéreas, tampoco en finanzas. Hasta no conocer cuáles son a fondo las implicaciones de hacer el aeropuerto en un lado o en otro, no creo que se pueda dar una opinión informada.

Es muy criticada la manera en que se aplicó la consulta, porque al final de cuentas hay maneras de hacer democracia. ¿Considera que fue un ejercicio verdaderamente ético y democrático?

Bueno, no hay nada que se oponga a que yo le pregunte a usted si le gusta que venga con corbata o sin corbata, usted puede responder sí o no. Nada nos impide pedir la opinión de la ciudadanía, y en ese sentido no veo nada indebido. Ahora bien, el resultado de la consulta que hizo, como quiera que haya sido, no quita la responsabilidad que se tome por parte del nuevo gobierno, independientemente de cómo se haya tomado la decisión, la responsabilidad de esta está en el nuevo gobierno, y las consecuencias las tendrán que asumir ellos, para bien o para mal, al igual que en todas las obras que se hagan con recursos o por decisiones oficiales.

¿La ciudadanía está preparada para el nivel de democracia que quiere fomentar el nuevo gobierno? El vincular al pueblo con una mayor toma de decisiones respecto a los proyectos de infraestructura importantes, y cuestiones como el presupuesto.

Para tomar una decisión lo que se requiere es información suficiente, si no estamos suficientemente informados, no podremos dar una respuesta adecuada, cualquiera que sea el tema. Habrá quienes digan, ‘yo no sé de ciencias espaciales, no tengo los conocimientos, que decidan quienes saben de esas cosas’”.

¿De qué debería cuidarse el nuevo gobierno, en qué errores no debería incurrir?

Eso ya es cuestión de hablar con el nuevo gobierno, yo no soy quién para decir qué se tiene que hacer o qué no se tiene que hacer. Hay muchas ofertas de campaña, vamos a ver cómo se van cumpliendo, cómo no se van cumpliendo, no hay que comer ansias, vamos a esperar por lo menos al primero de diciembre.

¿Cuáles deben ser los principales focos a atender en el próximo sexenio?

Fundamentalmente hay que cambiar el modelo de desarrollo. No podemos seguir con un esquema de desarrollo donde prevalezca la exclusión social, la atonía económica, que no haya crecimiento económico, donde el combate a la inseguridad, la violencia y la delincuencia sea insuficiente, que haya cada vez mayor desigualdad, como hemos visto en estos años. Este no puede ser un gobierno que no combata la corrupción, la impunidad, que no haga respetar y cumpla el Estado de derecho de manera plena.

Desde hace varios años, el ahora presidente electo comenzó a construir una plataforma que retoma a las principales figuras que han “transformado” la vida política y económica del país, siendo una de ella su padre Lázaro Cárdenas, sin embargo, ¿no siente que se está “divinizando” a estas figuras históricas?

Yo creo que pretender ser el Benito Juárez de 1850 en esta época sería absurdo, al igual que querer ser un Lázaro Cárdenas de 1934. No se pude repetir nada mecánicamente. Uno puede tener admiración y expresar su reconocimiento por lo que se haya hecho en otras épocas, pero no quiere decir que se esté divinizando ni nada parecido, simplemente se reconoce a figuras históricas, como mucho colocan en un bando u otro según interpretan la historia. Hay quienes dicen que la Independencia la hacen Hidalgo y Morelos, hay quienes dicen que sólo fue Iturbide.

¿Qué opinión le merece el trato mediático que el presidente electo le está otorgando a su padre?

Mi padre fue un protagonista de los cambios que se sufrieron en los años treinta y cuarenta, evidentemente. Tomó muchas decisiones importantes durante su periodo presidencial, de lo que sucedió a partir del primero de diciembre de 1940, las responsabilidades principales fueron de otros.

Hay quienes afirman que la decisión de expropiar el petróleo obedeció a un espíritu estatista…

Obedeció a la decisión de poner orden cuando las compañías petroleras se rebelaron ante un fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuando no acataron el fallo del gobierno o se doblaba ante las compañías, o hacía valer la ley, y fue lo único que sucedió. No se había previsto antes la expropiación, no estaba contemplada en el programa de gobierno transexenal, se dieron las circunstancias y en ese momento se consideró que el paso que debía darse era la expropiación de las compañías petroleras, que habían tenido muchas fallas y posiblemente muchos aciertos.

¿Fue entonces más una decisión que obedecía a la soberanía nacional?

Así es, y con el objetivo de hacer valer lo que mandata la constitución.

Usted no ha ocultado su crítica a la reforma energética de Enrique Peña Nieto. ¿A qué obedece su postura?

Primero, a que le quitó al Estado mexicano toda posibilidad de regular la forma de aprovechar los recursos del subsuelo, principalmente el petróleo. Por otro lado, a que es necesario darle un profundo cambio a la política petrolera, creo que esto es indispensable más allá de cuándo o cómo se reviertan las reformas constitucionales, hay que cambiar la política petrolera para que resulte más útil al país.

¿Cómo hacerlo?

Habría que invertir más en exploración, y esto no es estar a favor o en contra de nadie, sino para tener certeza de que hay recursos, no sólo para seis años sino para las próximas décadas, y que ello redunda en las previsiones que se elaboren respecto a la extracción. Hay que pensar, por ejemplo, en que en vez de estar exportando petróleo crudo, se exportaran y produjeran productos petroquímicos, que tiene mayor valor agregado, que dejan empleo en el país, que permiten desarrollos regionales, etcétera. Son cambios que no están en contra de nadie y sí están a favor del país.

Luego de darse a conocer que los tres países norteamericanos habían llegado a un acuerdo en la renegociación del TLCAN, ahora renombrado como T-MEC, usted calificó el resultado como una “descarada cesión de soberanía”

Me parece que en el todavía vigente TLCAN, el acuerdo firmado en 1994, México excluyó el petróleo, es un gran error incluirlo en este nuevo acuerdo, cuando ya estaba fuera, porque esto limita la capacidad del Estado mexicano para tomar decisiones respecto a cómo aprovechar el petróleo, me parce que eso no debió haberse admitido, ¿si ya estaba fuera para qué lo meten? Todavía no lo ratifica el Senado, yo espero que no lo hagan y lleven a cabo las modificaciones, puedan rescatar por lo menos el manejo de los hidrocarburos.

¿Qué otros elementos le parecen desfavorables del nuevo tratado?

Bueno, que le da un mismo tratamiento a todos los productos farmacéuticos que tienen origen en células vivas, me parece un error porque, por poner un solo ejemplo, podría impedir que los productos que se obtienen de las abejas puedan producirse en México y tengamos que estarlos importando.

La mesa panel en la que participará hoy (ayer) lleva por nombre “El México que Queremos”. ¿Cuál es el México que quiere Cuauhtémoc Cárdenas y qué tan cerca o lejos estamos de conseguirlo?

Yo quiero un México soberano, en el que podamos decidir cómo conducir al país, en función de las decisiones democráticas de la gente, y que esto quiera decir elevar de manera continua el nivel de vida de la población, que podamos aprovechar nuestros recursos naturales y nuestras ventajas, el recurso humano y los recursos naturales. Para ello, requerimos una participación activa de todos los sectores de la sociedad, y en función de lo que cada sector cree que debe hacer, y ante todo debe cambiar el modelo de desarrollo, no podemos continuar con un modelo en el que se toman decisiones que no son a favor de México.

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