Ciudad Juárez, Chihuahua.- Un edificio estilo colonial, es el que ahora guarda años de trabajo que hicieron de Ciudad Juárez, una de las fronteras con mayor auge económico en los años 20’s.
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Esto gracias a la bebida Juárez Whiskey Straight American que se fabricó dentro de estas destilerías ubicadas a unos cuantos kilómetros de lo que hoy es conocido como la ‘Chaveña’, zona la cual fue elegida por su clima árido y seco, lo que resultaría perfecto para el añejamiento del whiskey.
Todo comenzó en 1924 cuando la frontera contaba no con más de 10 mil habitantes, que Julián Gómez dueño de D.M. Distillery Co. S.A, -la más grande importadora de whiskey en México-, aprovechó la Ley seca de Estados Unidos que duró de 1920 a 1933, para erradicar en Ciudad Juárez y comprar las acciones de los estadounidenses que trajeron la franquicia del Straight American, John Don Levy y Fc Mckey.
Según José Luis Hernández, historiador de la ciudad, comentó que este torbellino envolvía presurosamente las demandas de una gran masa perturbada, primero por las estrictas leyes texanas y posteriormente por el decreto de la Ley Volstead, en toda la Unión.
Eran los tiempos de la prohibición y comenzaba el período recesivo de la economía estadounidense y, Ciudad Juárez, por encima de cualquier otra ciudad fronteriza, era el lugar del contrabando de alcohol y la única en donde operaban dos destilerías de un whisky inmejorable, así como una cervecería.
Para 1934, este whiskey era la bebida de mayor consumo en los bares, cantinas y cabarets de la ciudad. Sin embargo, el ruidoso encanto de la década previa se extinguió de manera inexorable y casi nadie se daba cuenta.
Los centros nocturnos que acogían la mejor década en la frontera, compraban hasta dos cajas diarias de este whiskey, se vendía mucho y no solamente aquí en Ciudad Juárez, sino ya comenzaba a hacer conocido en muchas partes del mundo mencionó Hernández.
El whiskey estaba hecho de maíz, y la calidad con la que estaba elaborado lo hacía estar a la preferencia de todos los juarenses y turistas que venían de El Paso, Texas a disfrutar de la vida nocturna que se vivía desde la época de 1920 hasta los 50’s.
Fue para ese entonces que el gobierno de Texas reaccionó ordenando el cierre temprano de los puentes internacionales con México, como una forma de persuadir las visitas nocturnas.
Asimismo, comentó que el precio que se manejaba en aquel entonces la botella de whiskey, oscilaba entre los 120 a 150 pesos, ahora en la a actualidad, se venden entre 800 pesos.
Hernández, dijo que para finales del siglo 80, la destilería ya se encontraba en quiebra, por lo que tuvieron que vender la patente a unos empresarios del estado de Veracruz.
Ahora las oficinas del despacho ubicado en la calle Francisco Villa a unos metros de la avenida 16 de Septiembre y la fábrica se encuentran en ruinas, mismas que han quedado empolvadas entre tantos recuerdos que guarda la gente que fue testigo de este gran licor.
A simple vista se pudo apreciar barricas, calendarios y caballitos que han quedado sobre las ventanas de este despacho, mismos que datan con fechas de 1969.
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